Son dos verbos maravillosos que entenderlos y utilizarlos es el remedio espiritual para muchas personas alcanzar una vida plena y feliz. Está más que claro que, el dinero no lo es todo, que las grandes fortunas no curan el alma, no curan ni una mala enfermedad. El amor y el perdón limpian y curan mucho más que cualquier medicamento recetado por cualquier especialista de la medicina o la medicina naturista. Como también es real que, la vida es demasiado corta y al final nadie se queda de semilla, todos moriremos.
Pero, como vivimos un mundo de competencias, de altos lujos, de embriagarnos por el poder económico, político y social, de llegar primero cueste lo que cueste, de vivir en una lujuria colectiva, de permitir que las máquinas piensen por nosotros y que pareciera que hemos perdido las memorias de la humanidad, la colcha de retazos que es el conocimiento humano, se distorsionó tanto que la inteligencia artificial apura para reemplazarla en nuestra propia cotidianidad, que no hay tiempo ya hoy para utilizar los prodigios de verbos como amar y perdonar. Es posible, que estemos en un escenario parecido a Sodoma y Gomorra con características e intereses diferentes pero con la misma destrucción.
Se ponen en dudas la creatividad de un científico cuando en vez de construir para el bienestar de la humanidad lo que hace es destruir aún más la raza humana, situación favorable para no tener cabida el amor y el perdón. Sino que aparece el rencor, la ira y la enemistad con el que piensa diferente. Y los gobiernos y gobernantes avivan esta llama entre los ciudadanos que lleva a borrar por completo los verbos ya mencionados.
Colombia nuca debió romper relaciones diplomáticas con Venezuela, un pueblo hermano y que estamos unidos por la misma historia. Sin embargo, nos invadió el odio, las mentiras con el fin de complacer los intereses de los Estados Unidos. Y a propósito de Estados Unidos, pónganse a pensar un momento, si el gobierno norteamericano actual rompiera relaciones diplomáticas con Colombia para presionar la salida del gobierno izquierdista. Eso no está en sus pensamientos, y menos en estos tiempos, los gringos no son tan estúpidos para romper relaciones con un aliado histórico como Colombia, así esté gobernando un exguerrillero. Venezuela es la segunda economía a donde más exportamos, después de Estados Unidos, nada de eso importó, lo que sí produjo fue alejar el amor por el prójimo y levantar el odio en vez del perdón.
Y como para ubicarnos en el tiempo, si Jesucristo, que era el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, nos perdonó a todos, y que es el hombre más influyente y poderoso en la vida terrenal, fue rey sin tener trono, que cuando perdonó y nos amó no se le quitó nada, ahora nosotros que somos simples mortales