Cartagena: Laboratorio empresarial, social, político y delincuencial


La han convertido en un laboratorio para todo tipo de iniciativa empresarial, social, política y delincuencial. Aunque suene exagerado y alarmante, así es. Aquí se planifican las grandes inversiones del país. Es el centro internacional de comercio en Colombia. La voracidad de los inversores, no se compadece con la extrema pobreza en que vive la mayor parte de sus pobladores.

Y lo peor, las personas ocupadas en las nuevas empresas, la mayoría no son sus nativos. Están trayendo trabajadores hasta del exterior. La ciudad parece que no tuviera una agenda de desarrollo. Falta liderazgo de sus administradores. No se siente el alcalde. -Como lo evidencian las diferentes opiniones de los medios de comunicaciones tratando de indagarlo- La situación que presenta, con elección atípica, enreda más aún su despegue como ciudad cosmopolita en el concierto internacional.

Todo cambia, pero la ciudad, sigue en una telaraña de desgobierno, ausencia de líderes y en un oscuro túnel que la trasladan a seguir viviendo en la patria boba. ¡Y vamos a cumplir 480 años este primero de junio! No ha entendido, y menos, se ha preparado con la llegada del TLC con el país del norte.

Con una elección atípica para elegir su nuevo alcalde, se convirtió en el hazmerreír del país. Todos la señalan como indigna, corrupta, clientelista y con una ingobernabilidad alarmante. La clase política nacional y local se han trenzado en una fuerte puja por la entrega de avales. Los candidatos están desdibujados. No tienen color auténtico. Ya las elecciones las comparan con un arcoíris. Nadie tiene nada asegurado. El que invierta más será el nuevo que la dirija.

Ahora bien, su diversidad social no ha sido capturada por la institucionalidad. Contradiciendo al maestro Medina, Cartagena no es inmóvil, sino que la hacen parecer.La ciudad tiene nueva vida, nuevos horizontes, el mundo abre el camino y todo cambia en un instante. Ya lo dijo Schumpeter, todo cambia. Las personas, las empresas, los productos, los gustos, las ciudades y los países deben siempre estar innovando para no quedarse rezagados del mercado. Sigue vigente “La teoría de la innovación” No se puede luchar contra la corriente. Todo fluye, todo cambia, es un fenómeno físico y natural. Nada permanece. Lo único que permanece en mi ciudad, es la pobreza histórica que arrastra. Ocultarla no le trae beneficios, al contrario que se sepa, podrían converger soluciones.

Aquí está ella lista para todo tipo de eventos sociales. Desde un matrimonio famoso hasta el lanzamiento de una candidatura presidencial. Pasando por cualquier lanzamiento de un programa gubernamental, creación de una fundación u ONG, jornadas nacionales para atender a las familias pobres, visitas de hombres y mujeres importantes del mundo del espectáculo, festivales, reinados de belleza, visitas presidenciales, las ilustres venidas de los presidentes de Estados Unidos, - Es el único momento cuando se ve la ciudad ordenada y arreglada-, otorgamiento de condecoraciones, el anuncio de medidas de aseguramiento, congresos, mejor dicho, cuanta actividad que represente la llegada de turismo nacional e internacional será bienvenida.

Eso no está mal, al fin y al cabo es la ciudad más importante que Colombia tiene para mostrar al mundo. Lo que no entiende la mayoría de su gente, es que no se ven los beneficios sociales reales, todo es efímero, se convierten en ilusiones pasajeras, pasado un tiempo, aparece la misma realidad y los aprovechados son otros.

Y como para completar el panorama de la heroica, surgen en sus comunidades de una manera vertiginosa y muy peligrosa la delincuencia organizada. Hoy la ciudad se convirtió insegura. No existe seguridad ni dentro de la misma casa. Los atracos, las extorsiones y las vacunas están a la orden del día.

Cómo puede esta ciudad, que la han dejado sola, convertirse en lo que fue alguna vez, una ciudad tranquila, segura y deseada por todo el mundo por conocerla. No es así hoy en día. La han convertido en un lugar de encuentro de los grupos más peligrosos del país. Aquí se están ideando los escenarios más inimaginables para seguirla destruyendo. La irrigación de dineros mal habidos corre por sus callecitas. La lucha por los territorios está ocasionando muertes todos los días. Sus jóvenes caen en sus calles asesinados y las madres les toca enterrarlos. No se sabe quién manda a quién. Pero grupos organizados están mandando.

Por eso, se ha convertido en un centro internacional de comercio y delincuencia. Y ¿en manos de quién está? Están los “agentes grises” haciendo su agosto en esta confusión, como lo menciona el profesor Luis Jorge Garay en su estudio sobre la minería en Colombia.

En cualquier lugar donde sus ciudadanos y ciudadanas se encuentren, son sujetos de atracos. De cualquier lado salen los delincuentes, como los lepóridos, de sorpresa. La gente anda nerviosa y desconfiada de todo. Eso es vida. No lo creo. -Hace días saludé a una amiga en el centro y venía distraída, su actitud fue impulsiva, pensó que era un atracador-. La ciudad adolorida, clama por su dignidad, su belleza, su cultura, su historia y su integridad. Nadie la atiende, parece que nadie la quisiera. Todo el mundo la usa y la desusa.

Los candidatos y candidatas tienen la palabra. La gente debe considerar, al momento de votar, lo que representa cada uno de ellos y ellas para la solución de los problemas de Cartagena.

Y miren ustedes, que al momento de escribir esta nota, mi cuñado me llama, que un pelaito con revolver en mano lo acaba de atracar en el sector de Chipre. Él se dirigía a una cita médica en la clínica de Foncolpuertos en compañía de su hijo menor. Todo sucedió casi a la entrada de la clínica. ¡Qué barbaridad! El encomendarse a DIOS al salir de su casa no permitió que este sujeto le haya hecho un daño tanto a él como a su hijo y por su condición de pesista consumado, no pasó mayor cosa, el motorizado acosó al gatillero y se esfumaron. Ni siquiera le pudo tomar la placa, el miedo en estas circunstancias embarga a cualquiera.


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