Surgió en Europa y la primera ciudad capital donde comenzó a rodar fue nada menos que en Londres. Pero el país donde, sin duda, ha triunfado este servicio es Francia. Los mototaxis llegaron hace ya casi 10 años y desde entonces no ha parado de crecer tanto en número de mototaxis, como en usuarios y clientes. Hoy en día, más de 600 mototaxis prestan servicio en la ciudad de París. (www.wikipedia.com )
Aquí en Cartagena nadie sabe cuántas motos hay, algunos dicen que 40.000, otros dicen 60.000 y algunos se atreven a afirmar que hay 80.000. Lo cierto de todo es que la cantidad de motos es impresionante. Tienen colapsada la movilidad urbana e invadieron el espacio público con tanto terminal satélite. Son los dueños de calles y avenidas sin ningún control de velocidad por autoridad competente.
Pero, ¿qué hay detrás del mototaxismo? La respuesta es inmediata, el desempleo. El actual modelo económico que ha arrasado con muchas empresas, provocó arrojar mucha gente a la calle, sin ninguna orientación laboral y visionaron al mototaxismo como una manera de ganarse la vida. Estas personas ahora se ven como gerente de su misma empresa. No cumplen horario, no le rinden pleitesía a nadie y se ponen su sueldo. Su accionar dinamiza la economía local y mueve grandes capitales diariamente. Con decir que han llegado al extremo de paralizar la ciudad a través de paros de mototaxis.
Es un trabajo como cualquiera. Aunque es ilegal. Cumplen una actividad de transporte masivo por el acumulado nivel de ineficiencia del transporte regular. Las empresas de transporte se han dormido en sus laureles. Se creyeron monopolio en el servicio, descuidando las progresivas exigencias del mercado. El tiempo es uno. La rapidez del servicio es otra. La comodidad y tranquilidad del pasajero son otras. Y sobre todo el servicio es individual. Tiene sus riesgos, los usuarios lo asumen, al fin y al cabo donde se suban lo tienen.
Ahora bien, aun cuando es un medio de transporte que se quedó ya en Cartagena, merece una atención inmediata. El desajuste social que se da en su interior es una bomba de tiempo. Para citar sólo dos indicadores: Los jóvenes lo ven como una solución a sus necesidades y dejan los estudios. Y el otro, el incremento exagerado de embarazos en adolescentes por tener ya una fuente de ingresos. Esos dos indicadores pueden ocasionar, sino se les atiende, una incubación social de grandes proporciones que traspasará todos los estratos sociales, afectará a las familias y por supuesto a la sociedad en general.
Estudios tras estudio han recomendado su organización legal. En Barranquilla se les limitó en su andar, pero no han desparecido. El Transmetro se vio afectado financieramente. Y seguramente a Transcaribe lo afectará muchísimo más, dadas las condiciones económicas y culturales de la ciudad. La mayoría de los usuarios del servicio de transporte pagan el pasaje incompleto, históricamente no ha habido forma de hacer entrar en razón al pasajero. Con torniquete, sensores, nada de eso. Y si le agregamos que las pocas vías no darán abasto para tanto buses alimentadores y mototaxis al mismo tiempo. Caos total.
Y por último, que es una situación real inocultable. El mototaxismo es una amenaza para la movilidad. Ningún sistema de transporte funcionará exitosamente si existe. Transacribe nacerá muerto. Provocador de múltiples accidentes. Y de otros males. Eso es una gran verdad. Sin embargo, los días sin moto sufre mucha gente. Ya se habituaron al servicio. Un día sin moto es una calamidad. ¿Por qué? Sencillamente porque han creado la necesidad. Sin exageración, la ciudad se resiente cuando no hay servicio de mototaxis.