Economía de lo público


Un mundo globalizado y en constante auge tecnológico de la información, inducen a realizar cambios fundamentales en la sociedad que contribuyen a un entendimiento más cercano entre el sector público y el privado. Es una nueva manera de ver las cosas. La responsabilidad social empresarial tiene que ser coherente de su beneficio económico, representada en el bienestar y progreso de las comunidades.

El mundo es un mercado natural, y la simbiosis entre lo público y lo privado es lo que permite que los consumidores adquieran los bienes y servicios de sus preferencias y que se encuentren dentro de las necesidades más sentidas de la sociedad. El estado como interlocutor, debe garantizar el acceso a los ciudadanos de alcanzar los mercados y sus productos. Así también, el estado mismo debe adquirir sus propios bienes e insumos para sus operaciones económicas gubernamentales.

El triunvirato que se forma entre la empresa, el estado y el ciudadano en general, logra frenar las altas competencias de los mercados, dado el interés común que existe en compartir los riesgos de la investigación pura y aplicada y en la investigación y desarrollo para la innovación de productos, procesos y operaciones.

Es así, que el estado asume los roles como es la de velar porque el interés común se vuelva parte de su misión ante los actores individuales, que garanticen unas condiciones de competitividad y la búsqueda de eficiencia, dentro de las responsabilidades en áreas como la protección del medio ambiente, la paz, la búsqueda de la armonía social, las condiciones de convivencia y todos aquellos procesos que permitan inducir el desarrollo social.

La producción de bienes y servicios, los precios y los niveles de ingresos inciden en el comportamiento de los consumidores y productores. El mercado es el origen de todos los aconteceres económicos y por su dinamismo el estado tendrá siempre responsabilidades de impulsarlo y al mismo intervenirlo y así poder logar compatibilidad del interés individual y el interés colectivo.

El circuito económico es un hecho real de las ciencias económicas, y ante esta situación siempre se va a presentar intercambios de bienes y servicios que satisfacen necesidades , gustos, deseos y en general solucionando problemas que el mercado reclama con las coordenadas establecidas en los principios del interés común de lo público, lo privado y la sociedad civil..

En este sentido, la economía pública asume los retos correspondientes que garanticen los recursos de rentabilidad suficientes destinados a la conversión tecnológica y productiva, manteniendo los criterios de eficiencia y equidad. El control de los precios es una manera de intervención.

La demanda en todas sus manifestaciones es inducida por el mercado. El colectivo ciudadano, no actúa solo, sino que el estado establece unos parámetros que permiten la accesibilidad a los bienes y servicios. Es una manera de mantener la armonía y la gobernabilidad entre la sociedad. El estado no podrá permitir los beneficios particulares en detrimento de los beneficios colectivos, perdería su esencia como organismo de denominación ante la sociedad y quedaría desdibujado dentro el ordenamiento jurídico internacional.

Así las cosas, la administración pública es el camino expedito para la aplicación de los preceptos de la nueva economía de lo público. Administrar recursos para solucionar necesidades sociales que convaliden el éxito del orden estatal, a través de la combinación ordenada de los recursos institucionales.

En resumen, la economía de lo público persigue y argumenta una relación armoniosa entre los tres ámbitos de cualquier sociedad. Esa armonía debe ser constante y sistémica. La intersección de los ámbitos corrobora científicamente la existencia de la Administración Pública. Y el estado se erige como el actor dominante, siempre abierto a las propuestas innovadoras que permitan ir acercando cada día más sus acciones a los círculos sociales para que accedan a los bienes y servicios que presenta el mercado actual.

Dimensionando a Cartagena y con elección atípica, el alcalde o alcaldesa que salga elegido tendrá que sintonizarse con la administración pública. Las desigualdades sociales existentes le hacen burla a todo el mundo. Los niveles de pobreza siguen en aumento. La fecha de cumplimiento de los objetivos del milenio se acerca. Cartagena no podrá ser inferior a sus realidades. Se necesita enrumbarla por el camino correcto. Y seguir consolidando lo público de donde se pueden alcanzar grandes logros que permitan generar confianza en los ciudadanos y ciudadanas.


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