La academia persigue, maltrata, ultraja…


La democracia es la democracia. Yo soy muy respetuoso de las decisiones de la mayoría, aceptando que la comunidad universitaria se decidió por el doctor Edgar Parra Chacón.

He guardado un silencio profesional, para no caer en el círculo de  mal perdedor. Sin embargo, de muchas cosas me he enterado de la actual administración, situaciones muy serías, comprometedoras  que podrían rayar con el derecho penal y la función pública de la institución. Para mostrar,  violación de los derechos humanos, persecución laboral, discriminación racial, negación a las negociaciones con el sindicato ASPU, arrinconar a Sintraunicol el sindicato de los  trabajadores, persecución estudiantil, ascensos sin el lleno de los requisitos, creación de cuatro vicerrectorías nuevas  y llegan a siete(ni la Nacional las tiene. Es una forma de pagar favores políticos), convocatorias direccionadas para profesionales determinados, catedráticos sin pagos por sus horas trabajadas y una perla más, estudiantes que ganan convocatoria para seguir especializaciones y son desbancados por otros, con la venia de la administración, todo esto enturbia el  reconocimiento de la Acreditación Institucional recibida recientemente por la Universidad. -Las pruebas documentales, testimoniales, grabaciones existen-

Pero ante tanto atropello, tanta barbarie burocrática, tanto amiguismo y tanta politiquería rampante, me llevaron a la penosa necesidad de salirme de mi rol académico. Yo fui una de las personas que estuvo en desacuerdo con la reelección del doctor Sierra Anaya, ya iba para tres elecciones seguidas, y en confabulación con el Consejo Superior, trataron hasta último momento de cambiar los estatutos y poder hacerlo. No tenía rival, no se pudo, entonces lanzó al actual rector. Y siguió en  el poder tras la sombra. Mejor dicho, sigue mandando en cuerpo ajeno.

Hasta que llegó el momento de las reparticiones burocráticas. A ti te toca esto, a perencejo esto, yo quiero esto, mi negocio fue el cargo tal, yo quiero contratos, a mí me ponen de planta, a mí me ubican a mi mujer, a mí hija en estos cargos y por último no falta quien diga, a mí me devuelven mi plata que invertí en campaña. De todo hay y para todos hay. Las acciones inmediatas fueron, boten, boten, saquen, saquen, cambien, cambien, a cuanto funcionario no votó por esta administración. El que tenga el sello del otro candidato o se sospeche que lo apoyó, off, off, off, fuera, fuera, fuera. Así están las cosas hoy en día en la Universidad de Cartagena. -Qué tristeza-Antes, en el gobierno del doctor Sierra Anaya,  quitaban y sacaban porque  alguien se salía de la línea de mando, hoy ese mando está en poder de una camarilla, que ni el rector se entera o no se da por enterado.

Y llegaron donde mí. Desde el año pasado, he sido mutilado, sin ninguna evaluación docente, de mis 7 a 10 módulos que vengo desarrollando hace más de 10 años. De un momento a otro, me dejaron con 3 módulos y este año 2015, primer semestre, la cosa tomó un rumbo más deshumanizante, sólo tuve programado un módulo en la Facultad de Ciencias Económicas, en el Programa de Administración de Empresas a Distancia. Desde Enero comencé con el módulo y lo terminé en Junio, pero para mayor sorpresa, la oficina de planeación no considera el pago del mismo. No sólo a mí, sino a varios tutores catedráticos que desarrollaron hasta dos y tres módulos. –El desamparo fue total, apareciendo en resolución, ni salud  ni pensión pagaron en este semestre, violando todas las normas existentes sobre la seguridad social.  La academia persigue, maltrata, ultraja, con el cuento de la autonomía universitaria- Y una perla de replay, cuando a un docente le pagan un módulo demás, tiene que devolver su valor, como es natural, la universidad considera esto como “enriquecimiento ilícito”, me pregunto, ¿y cuando la universidad no paga por los módulos  desarrollados cómo se llamará?

Lo bien simpático de todo, es que el día de las elecciones no pude votar. No aparecí en ningún listado. Estuve asignado ese día en el municipio de San Estanislao de Kostka, que dicho sea de paso, fui de los primeros tutores que logró mantener por muchos años la dinámica de crecimiento de este Cread. Me vine a Cartagena, Piedra Bolívar, donde continuaban mis encuentros tutoriales, y tampoco aparecí. Mi voto lo hicieron perder en los trámites corruptos de los organizadores del proceso electoral. Ah claro pero si aparezco rápidamente al momento de designar supervisores para los exámenes de admisión, para revisar tesis de grado, para realizar evaluaciones, supletorios, habilitaciones, plataforma y todo en el tiempo de la universidad, pero no en el tiempo de uno. No hay ningún reconocimiento económico por tales actividades extras.

La acreditación institucional es un título bien merecido para la universidad, se lo ganó, fue una lucha de muchos en lograr este propósito, yo hice parte de esa lucha y muchos conmigo participamos varias veces de las evaluaciones de los pares académicos, visitas del Icfes, del Ministerio de Educación, pero eso no vale nada  a la hora de la verdad. Los intereses académicos se desvirtúan por un plato de lentejas. Hoy los que manda son los menos indicados.

 

 


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