La chequera de Santos


Todo el pueblo colombiano sabe que Colombia está viviendo desde tiempos inmemoriales un centralismo asfixiante, anacrónico, rancio  y paquidérmico que “no ha dejado pensar  a las regiones”, como lo dijo Fals Borda. El país se ha desarrollado en ese esquema centralista que nos hemos acostumbrado a ser limoneros de los grandes proyectos de desarrollo que potencialicen, dinamicen las regiones. – La constitución del 91 habla de la descentralización, pero no dice cómo hacerla-

Tanto que se discutió en su época sobre los famosos auxilios parlamentarios, como centro de corrupción rampante.  Donde los honorables representantes y senadores hacían de esos auxilios lo que les viniera en ganas, nadie investigaba, nadie denunciaba.  En todo el país se enriquecieron familias enteras  y aquí en Bolívar hicieron fiesta con esos dineros que les ha alcanzado para seguir vigentes en los centros de poder. Siguen los mismos desde hace más de 30 años. Los únicos que se retiraron de la arena política fue la casa Faciolince, los demás siguen como el primer día. Haciendo dinero con la chequera del presidente. Esos auxilios fueron reglamentados en el gobierno de Uribe y se llaman Cupos Indicativos, lo que se conoce como la Mermelada.

Según la Revista Semana, (http://www.semana.com/nacion/articulo/tension-entre-juan-manuel-santos-german-vargas-lleras/450048-3) Se acaba la luna de miel entre el presidente Santos y Vargas Lleras. Ya van dos regaños públicos contra su superministro estrella. El último ocurrió el viernes pasado en la reunión de gobernadores.

La molestia del presidente puede ser por lo que quiera, en este caso por que las regiones, la gente, los líderes sociales y políticos, reconocen a Vargas Lleras como el propulsor  del desarrollo, y no al gobierno . Con todo eso,  jamás debió decir en esa reunión de gobernadores, “quién es el dueño de la chequera”.  Parodiando la frase de moda, “usted no sabe quién soy yo”.

Esa fue una actuación, inadecuada, indecente, viniendo de la máxima autoridad de un país como es el presidente de la República. Estas actitudes no tienen nada que envidiarle a las proclamas de los líderes africanos que alcanzan el poder por la fuerza y de algunos líderes populistas de América Latina. - Qué se puede esperar de un gobernador o de un alcalde de pueblo, que repita lo mismo- “Yo soy el dueño de la chequera” Y seguramente se volverá viral, dado el reflejo centralista que asumimos los de la provincia, todo lo que venga del altiplano es bueno replicar.

Y el presidente comete otra ligereza más, cuando dice, “ustedes pueden ir donde quiera, ministerios, etc., pero las decisiones las tomo yo, la presidencia de la república, deben llevar mi visto bueno” Eso no hay que decirlo en público, todo el mundo lo sabe. Proyectos que no lleven la aprobación presidencial, el padrino político, el contratista incluido y hasta el interventor no se ejecuta y punto.

Según los analistas políticos, el asunto tiene más trascendencia de lo que uno puede imaginar. Ambos son de las entrañas del expresidente Uribe. Y se acaban de medir en las elecciones regionales. Vargas Lleras fue el gran triunfador. Eso era lo que perseguía Santos por su amigo de infancia, de estudios, de cuarto en Londres, de gobierno. ¿Entonces por qué no continúa esa luna de miel? El idilio se está agrietando, porque en política todo es posible. Resulta que hablando en plata blanca, Vargas Lleras está más cerca de Uribe que de Santos. -Ni un sí ni un no sobre el proceso de paz- Y los liberales con algunos del partido de la U no fueron atendidos muy bien por esas grandes inversiones y están pensando en lanzar su propio candidato.  -Ven al vice como una rueda suelta- Y Vargas Lleras un zorro en política, no tiene ningún problema en acomodarse en las huestes del centro de democrático. El expresidente Uribe tiene la próxima presidencia a dos bandas. Con Vargas Lleras o con Zuluaga. Así  de fácil. Son los entramados de la política.

Atrás quedaron las 100 mil casas gratis y las grandes inversiones en infraestructura en toda Colombia.  Vargas Lleras ha llegado a ejecutar casi 100 billones de pesos de la chequera de Santos. Él está pensando es sus cuatro años como presidente y así podrá estar a la altura de Santos, llegar a ser presidente un  hijo, nieto o bisnieto de un expresidente.  Al vicepresidente  lo promocionó este gobierno, pero eso no importa, lo que importa es  alcanzar el palacio de Nariño. 


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