Las ansias de poder, ¿es patológico?


Desde hace años se viene hablando de lo sabroso que es estar en las mieles del poder. Mandar, gobernar, tener el poder, sentirse con el ego bien alto, debe ser un estado neurológico. Las ansias de poder, ¿es patológico? En realidad, algo debe pasar en la mente de los gobernantes o sus áulicos, porque muestran una obsesión por el poder que los hace cambiar. Cambian de tal manera que la gente no los conoce, hasta con su propia familia cambian. Situación peligrosa y tóxica ¿El poder para qué?, reflexión del maestro Darío Echandía en la época del asesinato de Jorge Eliecer Gaitán (https://www.senalmemoria.co/articulos/el-poder-para-que-dijo-dario-echa…)

Mi padre siempre me ha dicho que, “el poder enferma a las personas”, como también me ha reafirmado, que, “la codicia rompe el saco”. Hay muchas evidencias en el mundo de gobernantes que han salido por la puerta de atrás, huyendo y con el rabo entre las piernas. Para citar algunos, cayeron loa zares de rusia, El Sha de Irán, Hosni Mubarak en Egipto, y otros. En América Latina el caso más sonado fue Augusto Pinochet: pero también Hugo Banzer en Bolivia y la familia Duvalier en Haití. Hoy Hugo Chávez con Nicolás Maduro. – De los pocos que han muerto en el poder se destaca Fidel Castro-

El espíritu de cambio cuando inician es una cosa, son líderes naturales y gozan de la simpatía de todo un pueblo. -El Fuhrer Hitler fue elegido por el pueblo- Son queridos y amados, después odiados y desterrados. Y todo se debe, en resumen, a los abusos del poder por querer atornillarse en el trono por creerse “” los llamados””, el mesías. Así es, está más que demostrado que para mantenerse en el poder por tantos años es necesario hacer cambios que favorezcan la reelección y consolidar algunos actos de corrupción. En Colombia, Alvaro Uribe es el caso más emblemático.

Llegando a Cartagena, el poder se lo han repartido durante 208 años. Llevamos casi un año que gobierna la ciudad un personaje alejado de los mismos con las mismas. Pero, también tiene sus propios intereses. -Eso lo sabe él solamente- Los ciudadanos le dimos un voto de confianza para que gobernara, mandara y tuviera el poder por cuatro años. Sin embargo, su actuar no les gusta a muchas personas, y en especial a los llamados malandrines, adjetivo acuñado por William Dau. -Se la tienen velada como nunca a un alcalde- Todo el atraso de la ciudad es culpa de ellos, sólo mirar la corrupción sistemática que han hecho a través de EDURBE S.A. Sufrimos con las inundaciones por falta del Plan Maestro de Drenajes Pluviales. Ver enlace: http://www.funcicar.org/plan-drenajes-pluviales/

Aquí hay que detenerse a ventilar dos cosas. Primero, el estado neurológico del alcalde, sus deseos y sus prospectivas con la ciudad. -No puede dejarla en manos corruptas, cumplir un reto personal e irse para Estados Unidos, sería el acabose- Deberían surgir otros Dau. Y segundo, el estado patológico de los perdedores. En política se gana o se pierde. No puede ser siempre el gana-gana. Tiene que haber algún trastorno mental en los viudos del poder, al no aceptar que perdieron el control del gobierno distrital. Muchos contratos o concesiones que tuvieron por años no van más. Esto es lo más natural del mundo, pero, no quieren dar su brazo a torcer. -Los pobres nos dan cátedra de resiliencia, se acomodan a cualquier crisis y las superan en un santiamén-


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