Tenía y tiene razón Max Weber cuando afirmó, “la forma paquidérmica de los gobiernos para solucionar problemas de sus competencias”. Esta situación sigue tan vigente después de tantos años. Se volvió normal en el mundo, sobre todo en los países tercermundistas. Y en América Latina llegó para quedarse. Los gobiernos de Latinoamérica, con algunas excepciones, su modus operandi es la lentitud en sus acciones institucionales, que cuando llegan las soluciones, ya existe otra problemática que resolver.
Para nadie es un secreto de las grandes desilusiones que han acumulado las regiones y por supuesto sus ciudadanos sobre su desarrollo. Desde la espera de una ambulancia hasta la construcción de un pequeño puente, pasando por placa huellas, una vía, un centro de salud o una escuelita. La costumbre, es que pasen sus años para que llegue la solución, aunque la gestión del gobernante de turno es fundamental. -Una cosa sí es cierta, quienes invierten recursos son los alcaldes y gobernadores, si no gestionan, los grandes proyectos de desarrollo llegan tardíos-
Pasan cosas que nadie entiende, pero siguen pasando. Y en Cartagena, aquí sí pasan cosas que nadie entiende. Sólo me voy a referir a dos acciones institucionales que le corresponden al distrito, y sabiendo de antemano que los recursos están asegurados. El Programa de Alimentación Escolar, PAE y el Servicio de Aseo de las instituciones educativas públicas. Dos componentes necesarios dentro de la calidad educativa.
Está demostrado científicamente, que el crecimiento normal del cerebro humano comienza en la “primera infancia”. Por eso esta política pública con el fin de que los niños, niñas y adolescentes reciban una adecuada alimentación, y los convierta en ciudadanos del futuro con proyecciones sociales adecuadas, y no ciudadanos tóxicos, mal formados y desnutridos de por vida. Y si esto se sabe, ¿por qué el PAE nunca comienza a tiempo? No puede existir ninguna justificación de su atraso. Sin embargo, lo normal del PAE es que arranque siempre a destiempo, poniendo en riesgo la seguridad alimentaria de miles de niños, niñas y adolescentes, y lo peor, retrasando sustancialmente su proceso de aprendizaje.
Pasa lo mismo con el Servicio de Aseo. Estos servicios se suspenden en cualquier momento y dejan a los rectores y comunidad educativa viendo un chispero. Esto no se entiende, ¿por qué dejan vencer estos contratos esenciales para la buena marcha de una institución educativa? Tampoco pueden existir razones para su atraso. Estas dos acciones institucionales, y todas las que ejecutan los entes territoriales, deben ser planeadas de tal manera, para que el PAE esté a tiempo y los contratos de Servicio de Aseo siempre estén vigentes, Cartagena parece que lleva la bandera de incumplimiento en estas dos tareas obligatorias.