Paz política


Todos y todas las colombianas estamos esperanzados que este año sea la firma de los Acuerdos de Paz en la Habana. Lograr la firma nunca estuvo tan cerca como ahora. Eso no significa que la paz se va a dar como resultado de estas rúbricas. El pueblo colombiano a través de los mecanismos de participación ciudadana, puede ser el referendo, tendrá que ratificar con el voto la firma de los acuerdos.

Llegar a ese clímax máximo falta por recorrer un trayecto bastante largo. La paz no se logra por decretos o leyes, en ninguna parte ha sido así. Y no podría ser jamás, sin el concurso de la sociedad civil. El estado sólo no puede lograrla. La paz no es del presidente ni del gobierno, es de los colombianos, por lo tanto la mayoría debemos participar y apoyar las decisiones que vayan en esa dirección. -El presidente Santos recibió su segundo mandato por la paz-

Colombia debe alcanzar este año es la paz política. Esta es la verdadera punta del iceberg. El frente nacional cercenó el surgimiento de nuevos movimientos políticos, que la constitución del 91 lo logró a medias, sí a medias, porque los legisladores cada día están reduciendo la participación abierta y democrática de otros sectores de opinión en las justas electorales. Misael Pastrana fue el último producto de ese nefasto frente en la política colombiana, pero todo el mundo sabe que Rojas Pinillas le ganó las elecciones en votación limpia y el presidente de ese entonces, Carlos Lleras Restrepo cerró la registraduría, prohibió las transmisiones radiales y al día siguiente apareció Pastrana como presidente en el periodo 1970-1974. Aquí surgió el M- 19.

La época de la violencia partidista fue otro episodio negro. Entonces hay heridas en la política colombiana. La reconciliación nacional es conmutativa con la paz y a su vez la paz es asociativa con las víctimas del conflicto armado. Llegar a su estado natural es reconocer que vivimos en guerra hace más de 50 años.

La ley de justicia y paz, lo mismo que la ley de víctimas ponen en el tapete la realidad nacional, el reconocimiento de un conflicto que ha destruido el tejido social en Colombia. En donde confluyeron fuerzas de izquierda y de derecha que se multiplicaron y generaron una polarización de la sociedad. La prueba, mirando las votaciones que alcanzaron Santos y Zuluaga. Por eso, la estratégica justicia transicional tendrá que ser ampliada para que abarque lo mayor posible. Es decir, sí hay perdón u olvido, o por el contrario se deberán pagar penas judiciales.

La paz política solucionaría muchas diferencias y desigualdades entre los colombianos. Aceptar las posiciones y criterios disímiles es el escenario propicio para una paz duradera. Las AUC siguen operando con otros remoquetes, seguramente que la guerrilla hará lo mismo. Y esto no se puede perder de vista en las negociaciones de la Habana. Así como familias enteras manejan la política local o regional, así también, otros en su andamiaje delincuencial harán lo propio.

Los diálogos se ha realizado dentro de la confrontación armada, muchos no han entendido esto. Por eso sale el presidente anunciando que la Farc ha cumplido con el cese unilateral. Ahora podría venir el cese bilateral. -Todo dependerá lo que se decida en la mesa- En cualquier negociación, alguien debe ceder, y también ambos quieren ganar. Las cartas están sobre la mesa, ninguna de las partes puede retroceder ahora, es ahora. El pueblo de Colombia y la comunidad internacional están a la expectativa que el 2015 sea el año que por fin nos pongamos de acuerdo en lo fundamental, la paz definitiva y real.


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