Rectoría, ¡qué locura!


Todos los candidatos o candidatas que alcancen el 30% de los votos válidos en la consulta son elegibles para rector.  La lucha se centra  en conseguir los votos necesarios, y que en el caso debe recibir  cinco (5)  de un total de nueve que componen el superior.

Por la premura de obtener la mayoría en el consejo, nombraron al representante de los egresados a dedo, es decir sin existir elección o designación a través  de un acta de la asociación de egresados. Aquí se configura un delito, fácilmente se podría llamar abuso de autoridad o de usurpación de poderes. ¿Qué autoridad gremial o social lo designó o nombró?

Alcanzar la rectoría, ¡que locura! Sin haber candidatos oficialmente inscritos (aunque todo el mundo los conoce), no se han abierto las inscripciones, la polarización se ha acrecentado. La academia se  encuentra en una guerra sin cuartel, donde el poder imperial ha sacudido los cimientos de la universidad que ha provocado un rechazo general, por su imposición aberrante. -Los estudiantes son los más sensibles con estas posiciones-

Hay de todo para mostrar. Las noticias en las redes sociales están a la orden del día, la  mayoría en contra de la reelegida administración. Nadie lo puede ocultar, eso es natural en contiendas  mancilladas  por actuaciones de  ciertos actores que ostentan el poder.

En mi nota anterior, “la academia polarizada”, afirmaba que sería un error gravísimo desprogramar (botar) docentes o botar a funcionarios que no estuvieran con un candidato.  Bueno,  lo han hecho;  va en  contra del derecho al trabajo y los derechos humanos. El mayor peso específico para desvincular a un docente es la “evaluación de los estudiantes”. No es ético hacerle esguince a los estándares de calidad que exige la educación superior.

-Y sin son catedráticos de programas a distancia, como sino valieran nada, les pagan siempre atrasados, les exigen de todo y la seguridad social se la ahorra la universidad- Gracias a Dios no le ha ocurrido nada grave a algún docente,  bueno no hay casos que se conozcan.

El candidato oficial se debería reír en sus laureles, sin poca inversión de campaña, recibiría los frutos del trabajo de estos últimos años. Pero, la realidad es otra, pasquines muy fuertes, denuncias evidentes y hasta a paraguazo lo han sacado de algunas reuniones masivas.- Eso deja mucho que pensar-…… La caja de previsión es un mal antecedente, el error de fusionar el CREAD con las facultades es otro, resultó ser peor el remedio que la enfermedad…… Y para colmo de males, se tiene información que en el municipio de San Pelayo, un candidato  fue abucheado y levantado a silbatina por estudiantes y comunidad en general, les tocó salir corriendo del sitio. Eso es lamentable. La polarización continúa.

Llegar  a la rectoría se volvió complicado. El actual rector lo logró sin mucho esfuerzo en su primer mandato, recibió los frutos del gobierno anterior.  Ya en la reelección para su segundo mandato, comenzó la "horrible noche” en el claustro de San Agustín. La academia entró en el mundo ordinario y común de las componendas políticas. – Todo el estamento universitario subyace ante el rector-  Hasta hubo intento de un tercer mandato, reformar los estatutos y volverse a reelegir. No lo logran y  presentan a la comunidad universitaria  el sucesor del gobierno actual.

La duda existe en todos los rincones de la universidad. “El candidato con sello institucional tiene próximamente retiro forzoso por cumplírsele su tiempo de jubilación” ¿Es consecuente una elección ante estas realidades?  ¿Está la academia preparada presupuestalmente para realizar dos consultas en menos de seis meses? ¿Los estatutos contemplan esta situación?

Lo real, en la universidad los ánimos están caldeados, como nunca, y muy seguramente la escalada de agravios se acrecentará con el paso del tiempo, mejor dicho, el ambiente político no tiene precedente en la historia reciente.  -Hasta  renuncias se podrían presentar- Toca esperar, a ver  qué pasa.    


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