Tomada Unicartagena. Tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe. Ese adagio muy popular se puede parodiar aquí por lo que está pasando en la academia. La cara de asombro de la mayoría de los docentes y administrativos es de incredulidad, porque muchos, la mayoría jamás habían vivido algo parecido. Y es un detonante a tener en cuenta dada la beligerancia de los estudiantes en las redes sociales para convocar una marcha.
¡Esto lo debe saber la opinión pública! Los representantes estudiantiles en todos los centros de poder de la universidad están en manos de la administración. Con decirles que muchos, quizás todo, están recibiendo prebendas, emolumentos del gobierno universitario. - Las bases no aguantaron más y se fueron a paro- .Comenzaron con unas simples solicitudes en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales sobre el nombramiento de docentes de planta, dotación de laboratorios y organización de las rutas académicas, pero que va, hizo metástasis atrayendo a todas las facultades y el paro se generalizó. En todas existen las mismas necesidades.
Las solicitudes de los estudiantes por supuesto que mejoran la calidad del aprendizaje. Eso no tiene discusión. Y no es un gran problema por resolver. Pensaron que como tienen a los representantes en el bolsillo, el enano no se les podía crecer. Se les creció, seguirá creciendo que hasta han tratado de amedrentar a los estudiantes con el cierre académico. Salida en falsa como tantas otras de la administración.
Y llegó el viernes 11 de septiembre, fecha que los estudiantes invitaban a su gran marcha pacífica desde la sede de Piedra Bolívar hasta el Claustro de San Agustín. Se probaron en su poder de convocatoria y se preocuparon los directivos. Fue un gran éxito. Hubo un buen acompañamiento estudiantil masivo, lo mismo que un grupo de profesores y hasta algunos administrativos.
Yo participé de la marcha, y les cuento que me sentí nuevamente como estudiante. Sentí una gran felicidad estar caminando juntos con los estudiantes del siglo XXI. -Fue una linda experiencia, me reencontré con viejos amigos, entre esos, Carlos Cortez y los compañeros de ASPU.
Es un nuevo estilo de marcha, nuevas arengas, nuevos impulsos, abiertos a la diversidad, creativos cánticos que invitan a pensar y no a escribir tantas pancartas. Lo más llamativo de los líderes de base, hacían pares, brincaban y pegaban unas corridas cada cierto tiempo. Parece algo folclórico, pero se equivocan, ellos saben lo que hacen y saben lo que quieren. Son demasiado jóvenes y lo mejor que podemos hacer es entenderlos con sus dinámicas. Deslegitimarlos, desprestigiarlos por simples simbologías es desconocer sus reclamos legítimos por alcanzar la calidad en su formación académica. Justas peticiones.
Que existen intereses políticos al interior de la toma de la universidad, es posible, y pregunto, ¿cuándo no la ha habido? Es la academia, y es lo mínimo que pueda suceder dentro de ella. Diferentes matices, diferentes ideales, diferentes posiciones, diferentes personas, tienen que haber contradicciones normales, y eso construye más universidad pública. Debe ser entendible por los intelectuales que no se quedaron atrapados en siglo IXX. ¿O es que coaptar la independencia de los representantes estudiantiles no es una acción de estrategia política? Sin tantas vueltas, las soluciones están a la mano, háganlo rápido y los Udeceistas los esperan en clase.