Ciudadanía Ambiental


Siendo nuestra preocupación la formación de ciudadanía, vemos en la educación ambiental desde la escuela un papel crucial en la formación de ciudadanos conscientes y comprometidos con el cuidado del ambiente en la ciudad. 

 

En el Plan Decenal de Cultura Ciudadana, adoptado mediante decreto 1741 de 2023 e incorporado en el Plan de Desarrollo 2024-2027 “Cartagena Ciudad de Derechos”, se contempla la estrategia “Mi Barrio es mi Escuela”, bajo el convencimiento de que la escuela es el primer espacio para la formación de valores cívicos y éticos (derechos humanos, solidaridad, sentido de pertenencia y corresponsabilidad), participación ciudadana (análisis critico de problemas sociales, políticos y ambientales; liderazgo; derecho al voto; y participación activa en la toma de decisiones para la ciudad), conocimiento y comprensión de la realidad social (derechos y deberes ciudadanos, diversidad cultural e inclusión social), fomento de habilidades ciudadanas (diálogo y resolución de conflictos, uso responsable de información y tecnologías), y la educación para la sostenibilidad (conciencia ambiental,  responsabilidad por el cuidado del ambiente; participación en iniciativas ambientales). 

 

Frente a esta amplia pero necesaria gama de objetivos, vislumbramos desafios que limitan su efectividad, entre los que se pueden enunciar: (i) Falta de Recursos, en tanto que muchas escuelas carecen de recursos económicos, materiales y humanos para implementar programas de educación ambiental de calidad (por ejemplo materiales educativos, espacios adecuados y personal capacitado); (ii) Currículo Desarticulado, pues a menudo, la educación ambiental se aborda de manera aislada y no se integra de manera efectiva en el currículo escolar, lo cual limita la comprensión integral de los problemas ambientales y su conexión con otras áreas del conocimiento; (iii) Enfoque Tradicional, ya que la educación tradicional se centra en la transmisión de información y no promueve la participación activa y la reflexión crítica de los estudiantes, lo que limita su capacidad para generar cambios de comportamiento y actitudes, frente a su cotidiana realidad; (iv) Desconexión con la Realidad Local, en la medida que muchos programas de educación ambiental no se conectan con los problemas ambientales específicos de la ciudad, como la contaminación de la Bahía, la erosión costera y la gestión de residuos, algo que incide en su relevancia y su impacto para la comunidad; (iv) Falta de Participación Comunitaria, pues la educación ambiental no se limita a la escuela, sino que debe involucrar a la comunidad en general, de modo que la falta de participación de padres, líderes comunitarios y otras organizaciones limita el impacto de los programas escolares.

 

Ahora bien, ¿cómo podría fortalecerse esa ciudadanía ambiental que involucre al niño y al joven brindando una expectativa probable de un ciudadano con visión global? 

 

En primer lugar, consideramos la necesidad de realizar una Integración Curricular, es decir, incorporar la educación ambiental de manera transversal en todas las áreas del currículo escolar. Esto permite a los estudiantes comprender la conexión entre los problemas ambientales y otras disciplinas, como la ciencia, la historia, la geografía y la ética. En segundo lugar, promoviendo un Aprendizaje Basado en Proyectos que permita a los estudiantes investigar y abordar problemas ambientales reales en su comunidad. Esto promueve la participación, la reflexión crítica y el desarrollo de habilidades de resolución de problemas. De igual manera, fomentando una Educación Ambiental al Aire Libre, utilizando los espacios naturales de Cartagena, como la Bahía, los manglares y los parques cercanos a las escuelas, como aulas al aire libre. Esto permitiría a los estudiantes conectar con la naturaleza, aprender sobre los ecosistemas locales y desarrollar un sentido de pertenencia y responsabilidad hacia su entorno. Estas acciones podrían dar como resultado huertas escolares, viveros escolares, compostaje escolar, aprendizaje sobre la gestión de residuos, visitas a reservas naturales con el fin de conocer la biodiversidad local y la importancia de su conservación. 

 

En síntesis, consideramos que existen modos de impulsar la formación de ciudadanos ambientales, comprometidos con la construcción de una ciudad más sostenible y resiliente. Para lograrlo, lo importante es iniciar ya. 

Elfa Luz Mejía Mercado

Laboratorio de Cultura Ciudadana- LAB3C. 


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