Con la realización del sorteo del mundial de Rusia 2018 pasó casi desapercibida la declaración de Luis Bedoya, expresidente de la Federación Colombiana de Fútbol ante una Corte de Nueva York donde acepta que recibió sobornos durante nueve años consecutivos (2007 hasta 2015) por los derechos de transmisión y comercialización de torneos como la Copa América.
Cuesta creer que Luis Bedoya, sea el único dirigente colombiano que se lucró o recibió sobornos millonarios. Sus declaraciones, antes que aclarar cosas, deja mal parados a sus colegas de la Federación colombiana.
Bedoya acusa a tres colegas de la Conmebol de recibir los sobornos. Pero, por ahora, no acusa a ningún dirigente colombiano que compartió con él más de nueve años como presidente de la Federación. En su última declaración, antes de entregase a las autoridades americanas, dijo que no había nada oculto en las cuentas de la Federación y, agregó, “la buena gestión trae buenos recursos”. Poco tiempo después se entrega a la justicia gringa.
Resulta poco convincente que ningún colega de la Federación supiera nada de esos sobornos y que todo fuera a las espaldas, máxime cuando sus miembros han sido muy celosos cuando se trata del manejo económico del ente deportivo. Razón: se mueve mucho dinero. Un solo dato: La Federación recibió de la Fifa 14 millones de dólares (unos cuatro mil doscientos millones de pesos) por su actuación en el mundial Brasil 2014.
Si le creemos a Bedoya que nadie sabía (ni siquiera su mujer) que tenía una cuenta en Suiza para que le consignaran los sobornos, la única explicación es que Bedoya hacía lo que se le daba la gana con la Federación y sus amigos y colegas eran unos monigotes.
Pero esa teoría parece poco creíble por cuanto el periódico El Tiempo reveló el pasado domingo 3 de diciembre que dos dirigentes de la Federación, con los que Bedoya compartió durante 9 años, están muy nerviosos y pidieron a abogados americanos que les informaran si Bedoya los había mencionado en las declaraciones.
Por ahora, Bedoya seguirá declarando de acuerdo a su conveniencia y beneficios que la justicia americana le otorgue por acusar a sus excolegas y amigos con los que se repartía el dinero en el mundo delincuencial del fútbol.
Sería muy bueno que Bedoya dijera toda la verdad sobre sus colegas para limpiar eso que huele muy mal en la Federación de Fútbol hace muchos años y que lo tapa las actuaciones de los muchachos de la selección Colombia y el chorro de dinero de los patrocinadores que incluso alcanza para llenar los bolsillos de muchos periodistas deportivos.
PD. Desde que Colombia asiste a los mundiales, por allá en 1990, los presidentes de la Federación de Fútbol han salido del cargo en medio de escándalos de narcotráfico, malos manejos y sobornos. Bellini, Fina, Bedoya, son un ejemplo.