Pongámosle emoción a la B


La Equidad, Chicó, Itagüí, Envigado, Patriotas y ahora Alianza Petrolera son un ejemplo. Entre todos no alcanzan a llenar medio estadio. Claro que Huila y Pasto no se quedan atrás, si acaso llenan el estadio cuando tienen una extraordinaria campaña.
O sea, casi el 50 por ciento de los equipos de Colombia no tienen seguidores. Pero, paradójicamente, en la B, estamos con equipos con más hinchas, que llenan más los estadios, como América. Unión Magdalena, Pereira y Bucaramanga son equipos tradicionales, venidos a menos, pero también con hinchadas propias. Real Cartagena, de nuevo en la B, no tiene una gran hinchada pero se parece a la de Pasto o Huila que anduvieron por la B en sendas ocasiones.
Esta es una buena razón para que a la Primera B se le brinde más atención, para hacerla más emocionante. (Eso no quiere decir que lo emocionante sea bueno. El fútbol en Colombia es emocionante pero muy discreto).
Y los dirigentes del fútbol argumentan que no cambian el sistema de campeonato de la A porque éste es rentable y emocionante hasta la última fecha.
Si la cuestión es así, entonces hay que ponerle más emoción a la B. ¿Cómo? Una forma sería que descendieran tres equipos de la A en forma directa (no por promedio) y que suban tres. Sería bien interesante aprovechando que hay varios equipos históricos allí y siguiendo los argumentos de los dirigentes. Es más, si fuéramos más atrevidos y quisiéramos ponerle aún más emoción a la B, tendríamos 14 equipos en la A, como en los años ochenta y setenta, (y el nivel subiría) y más equipos en la B fortalecidos. Es preferible tener menos equipos pero con mejor calidad. Valdría la pena ensayar.

PD. El pasado miércoles, se disputó el primer partido entre Medellín y Millonarios, en uno de los encuentros más malos que he visto en las finales de la historia del fútbol colombiano, y son muchas las que ya he visto.


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