En la actualidad, las empresas se mueven en un entorno completamente impredecible, lo que hoy es, mañana no existe y viceversa.
Aquellas compañías que luchan por sostenerse en un mercado competitivo, día tras día, deben estar al tanto del más mínimo movimiento de sus competidores, no deben perderlos de vista, porque eso significa menos negocios y clientes.
Aquí, es donde la labor del asesor comercial es clave, porque es nada más y nada menos que aquella persona de la empresa, capacitada para atraer clientes, enamorarlos y cerrar negociaciones que sean beneficiosas para las partes implicadas.
Los asesores comerciales, deben tener las habilidades necesarias para no solo mantener y desarrollar el mix de productos de sus clientes actuales, es decir, hacerlos crecer en facturación y volúmen, también deben tener la capacidad de capturar clientes nuevos ya sea de la competencia o aquellos que todavía no han sido absorbidos por el mercado en cuestión.
Sin embargo, y gracias a las tecnologías de la información, la sociedad actual esta cada vez más interconectada, lo que hace a los clientes difíciles de conquistar.
El consumidor de hoy, antes de realizar una compra ya ha buscado previamente en la web toda la información respectiva del producto que desea comprar en el punto de venta, en caso de no haber hecho antes la compra online, por lo tanto es más exigente, sabe lo que quiere y a lo que va sin rodeos.
Hoy más que nunca, se necesitan asesores comerciales capaces de manejar las objeciones de los clientes, un asesor continuamente informado en las nuevas tendencias del mercado, que sea propositivo frente al cliente y que como mínimo vaya uno, dos y hasta tres pasos por delante del consumidor.
Los representantes de venta caracterizados por ser toma pedidos quedaron en el pasado, el mercado exige asesores negociadores, capacitados en técnicas de ventas, con conocimientos profundos de los productos que ofertan, con manejo de herramientas ofimáticas como excel, power point y word, por decir lo más básico, con facilidad para manejar otro tipo de herramientas tecnológicas como tablets, computadores portátiles, smartphones y capaces de realizar sus propias rutas de clientes en mapas compartidos en la web, entre muchas otras cosas más.
Los vendedores del pasado, de la vieja escuela, que no se modernicen, están destinados a quedar relegados en esta profesión.
Sólo aquellos con la habilidad de adaptarse a las exigencias del mercado y satisfacer las necesidades de los clientes superando sus expectativas, serán los que sobrevivirán.