El consumismo agota las reservas naturales y aumenta la cantidad de residuos, produciendo un deterioro en el medio ambiente. Los consumistas se sienten desgraciados cuando no pueden comprar lo deseado y se sienten igualmente de insatisfecho cuando lo obtienen.
Cada vez son más los hábitos de consumo y las industrias generadoras de bienes y servicios que chocan con las políticas medioambientales existentes.
Los medios de comunicación se convierten en una herramienta fundamental para dirigir las demandas de las masas y en la mayoría de los casos impulsan al consumidor a adquirir cualquier clase de artículos, que por lo general resultan innecesarios.
En los diarios, revistas, programas radiales, de televisión y en las páginas de la Internet se desborda la publicidad y promoción de productos; todos invitan a adquirir y obtener bienes y servicios, sin medir las consecuencias que esto trae para el planeta y para los mismos consumidores, quienes sin darse cuenta, quedan atrapados por el círculo consumista que los lleva a perder su propia identidad, al confundir lo que son con lo que poseen.
Ante la gravedad del problema, en los últimos años han surgido movimientos y grupos de personas dispuestos a luchar contra el despilfarro de los recursos naturales en la producción de artículos, que si bien pueden ser necesarios, no son fundamentales para la vida, pues sólo invitan a tener una comodidad extrema o aparente.
Los protectores del medio ambiente le han hecho la guerra a las industrias que sin escrúpulos, están acabando con el planeta y es por ello que ahora existen páginas web, blogs, revistas, empresas, programas de televisión y periódicos especializados en temas ambientales que además de denunciar las atrocidades que se cometen en contra de la naturaleza, reflejan la realidad que está viviendo la flora, fauna y los mismos humanos, en parte por sus acciones consumistas. Esto hace que también se brinde un espacio para enseñar e informar a la gente sobre la existencia de muchos productos que afectan el medio ambiente y las alternativas de utilizar otros con las mismas características, pero elaborados con materiales biodegradables o recursos no tan perjudiciales para el medio ambiente.
En este mismo contexto surge la “etiqueta verde”. En el mercado ya se pueden encontrar productos “verdes” o amigables con el medio ambiente.
Muchas empresas, con tal de vender lo que ofrecen, demuestran que están a favor del planeta haciendo publicidad alrededor del tema ambiental. Con esta publicidad se le explica al cliente las ventajas de adquirir productos con ciertas características a favor del medio ambiente. Esta publicidad de igual forma se presta para dar información que aunque real, no se aplica a todos los productos, algunos, incluso, recurren a la publicidad engañosa como estrategia de persuasión o confusión.
De todos nosotros depende que las industrias paren la devastación de los recursos naturales y que la tierra siga cobrando víctimas mientras intenta adaptarse a lo poco que le hemos dejado para vivir. Siempre lo he dicho: la tierra sin nosotros puede vivir, pero nosotros sin ella no.