Desde que los contratistas y empleados de Transcaribe iniciaron los trabajos en la entrada de Bocagrande, he notado con preocupación el aumento de residuos sólidos en la playa, el malecón y la Avenida Primera.
Vasos desechables, bandejas de icopor, vasitos de tinto, cintas de seguridad, materiales de construcción, bolsas de agua e incluso tarros de aceite invaden la playa, los espolones y las plantas que no talaron cuando iniciaron el proyecto.
Me pregunto, ¿dónde está la interventoría y el Establecimiento Público Ambiental (EPA)?, pero sobre todo ¿hasta dónde llega la responsabilidad ambiental de Transcaribe, los contratistas y empleados? Acaso no es suficiente con el impacto que generan a la naturaleza las obras de infraestructura que están llevando a cabo y de las cuales no tengo reparo, pues estoy de acuerdo con el desarrollo, siempre y cuando este sea acorde con las políticas ambientales existentes.
Señor Enrique Chartuni, como habitante de esta ciudad y de este planeta, le pido que por favor invierta en un curso de responsabilidad ambiental empresarial o en un curso básico de cómo cuidar el ambiente, para sus empleados. En pleno siglo XXI, es inaudito pensar que se puede seguir afectando el medio ambiente sin tener en cuenta las consecuencias que esto puede traer para el mañana. Hay mil maneras, estrategias, programas y proyectos simples y poco costosos que ayudan a que estos impactos sean menores.
Tengo vergüenza ajena de ver como personas tan preparadas, no reconocen la importancia de cuidar el planeta con acciones tan sencillas como exigirle a sus empleados, que recojan la basura que generan en su sitio de trabajo. Es vergonzoso ver como estos humildes obreros tampoco demuestran un poco de cultura y respeto hacía una ciudad y planeta que los acoge y los mantiene.
Es hora de evolucionar, de poner los pies sobre la tierra y empezar a cuidar el planeta para que dentro de unos años no nos quejemos por la falta de agua, de recursos naturales o el desmesurado aumento de la temperatura.
Este mensaje también va para todas aquellas empresas constructoras de la ciudad, a las que no les importa cuidar la naturaleza de la que extraen todos los materiales para sus construcciones.
Señora Ruth Lenes, directora del EPA, la invito para que programe una visita a las construcciones que se realizan en La Boquilla, Bocagrande y Zona Industrial, entre otras, e inspecciones las estrategias ambientales que tienen estos constructores para minimizar los impactos ambientales. Seguramente se llevará una gran sorpresa.