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El Mercado de Bazurto es el vil reflejo de la otra Cartagena, aquella que solo conocemos quienes vivimos y padecemos de los abusos y la negligencia de los funcionarios públicos y una sociedad sin sentido de pertenencia, dispuesta a hacer lo que sea y pasar por encima de quien sea, para sobrevivir o llenarse los bolsillos.
Bazurto representa los problemas económicos, sociales, de movilidad, ambientales y políticos que acabaron con la tranquilidad, dignidad y vida de los cartageneros trabajadores y honestos, y de familias no sólo de Martínez Martelo, sino de otros sectores, que toda su vida lucharon por tener una casa con un entorno tranquilo y que gracias a la falta de voluntad política deben cargar con la cruz de la insalubridad e inseguridad. También los privaron de gozar de todos los derechos de una vida digna.
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Es realmente triste ver como allí se deteriora la calidad de vida, se contamina el ambiente y se representa un Sistema indiferente al grave problema.
Lo peor es que ni siquiera una Acción popular para trasladar a Bazurto promete ser la solución, para cuando se cumpla (máximo en 4 años) si es que alguna vez se logra, será tarde en vista de que cada día hay más vendedores, más ocupación del espacio público, problemas de salubridad, más contaminación en la Ciénaga y deterioro de la calidad de vida e intereses políticos y económicos.
Y como si fuera poco la Alcaldesa ya se va, cumpliendo la promesa que le hizo a quienes votaron por ella de no reubicarles el Mercado, y tal vez no hubiese sido necesario si ella y sus funcionarios hubiesen trabajado por hacer de ese lugar algo realmente digno.
Un día un amigo me dijo que el problema no era el Mercado sino quienes trabajan allí y la Administración a la que le falta voluntad y compromiso social. “En muchas ciudades y países el mercado está en medio de la ciudad, pero gracias a la cultura y el trabajo de las autoridades se mantiene con todas las condiciones adecuadas”.
Ahora viene un nuevo gobernante y dependiendo de su campaña política en ese sector hará lo posible para reubicarlo o dejarlo allí para siempre, depende del pacto que haga.
Me duele esta triste realidad, me duele por los vecinos de ese sector que sueñan con despertar un día sin sentir malos olores y salir a la calle sin encontrar delincuentes e indigentes.
Me duele por los comerciantes quienes demuestran una clara indiferencia y amor por ellos mismos y la ciudad.
Me duele por los animales que habitan y se alimentan en la Ciénaga de las Quintas, llenos de parásitos causados por la contaminación del agua, las basuras y desperdicios que inescrupulosamente arrojan los propios comerciantes y que de cierta forma ponen en riesgo nuestra propia salud y por qué no, la vida (que tal que se desate una epidemia).
Me duele por las generaciones futuras que tendrán que vivir y pagar las consecuencias de una ciudadanía indiferente y autoridades negligentes que nunca pudieron con este cáncer.
Bazurto es la muestra de que esta Administración tampoco pudo con la ciudad.
Ojalá al alcalde que viene no se le de por invertir parte del pago de los impuestos en limpiezas del Mercado que a la larga no sirven para nada, para una muestra pase mañana por allí.
PROYECTOS: ¿REALIDAD O FICCIÓN?
Ahh y por último, alguien sabe qué paso con el proyecto multimillonario de Edurbe, que hace unos años hablaba de un paseo peatonal que bordearía toda la Ciénaga de las Quintas y que en ese tiempo prometía ser una de las soluciones para recuperar la ese cuerpo de agua. Lo único que sé es que el proyecto sólo llegó hasta el frente del Caribe Plaza ¿qué raro?
Y ¿qué pesaría con el programa de las tres o cuatro Rs (reciclar, reutilizar y recuperar) que se inventó la Oficina de Servicios Públicos del Distrito? o ¿fue Urbaser? para crear conciencia entre los comerciantes del Mercado, mientras no hay continuidad y voluntad iremos de mal en peor.
Que tristeza.
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