Si hay un elemento que caracteriza el menú y la gastronomía de la plaza de mercado público del Caribe y más propiamente la de Cartagena de Indias, es la vajilla.
Está compuesta por un pedazo de papel kraft de alto gramaje, más cercano a una bolsa de cemento que a cualquier otra cosa; un frasco de mayonesa adornado con dos pitillos, que más que creativo es una herramienta de sostenibilidad y cubiertos… bueno, la verdad es que cubiertos, no hay.
Pese a todos esos detalles que pueden parecerles a algunos, grotescos o desagradables, Bazurto y todo lo que a su alrededor se mueve, se ha puesto de moda. Está de moda comer en Bazurto, está de moda bailar champeta, está de moda la publicidad del “Runner”, está de moda ir al Rey de Rocha y en general, está de moda todo lo popular que alguna vez fue marginal.
El creciente auge de los “trysumers” (cazadores de experiencias) ha generado dinámicas de consumo que podrían parecernos muy extrañas hasta hace un tiempo; los trysumerstrajeron consigo, no sólo el crecimiento del turismo de los mochileros, sino que además hicieron que el mercado local en sus niveles socioeconómicos medios y altos, echara una mirada a esos elementos de la cultura local que durante mucho tiempo fueron marginalizados.
Es así como se volvió habitual y popular celebrar el cumpleaños con elementos alusivos al baile picotero; vemos, cada vez más frecuente, fotografías y videos de personas en su tour gastronómico por el mercado de Bazurto y resulta más común y menos escandaloso, ir a un lanzamiento de quién sabe que volumen musical de alguno de los reconocidos picós de la ciudad, estén ubicados donde quiera que sea.
Las formas atípicas de consumo actual generan unidades de negocio nuevas y volcadas hacia la experiencia que espera obtener el consumidor; es así, como aparecen la visitas guiadas a estos escenarios populares y/o productos inspirados en la estética de lo popular y lo vernáculo.
El mercadeo actual se reinventó con el consumo de experiencias a través de herramientas como el tryvertising, técnica de marketing en la cual las marcas dan a probar un producto o servicio determinado a un grupo de consumidores, con la condición de que después transmitan su opinión y valoración sobre el mismo; el inbound marketing, metodología que combina técnicas de marketing y publicidad, no intrusivas, y el content mankerting, metodología que se enfoca en crear contenido valioso y de calidad.
Para el segmento de mercado perteneciente al nivel socioeconomico alto y medio, para los viajeros, visitantes y turistas seguirá resultando atractivo el consumo de lo popular y a su vez lo que a ello se parece; el objetivo primordial del marketing estará en ser y parecer, con el fin de generar engagementnecesario entre la marca y el consumidor.
Lo que habitualmente sucede es que cuando la clase media y alta miran con aprecio este acervo cultural de los que han sido marginados y se apropia del el; en ese momento, esa clase baja se desapropia de ello y crea otros elementos que nuevamente son mirados con desprecio por los anteriores, generando un circulo vicioso de desprecio y aceptación de las clases, por lo popular.
Mientras tanto, sigamos jugando en el escenario del marketing con lo local o con lo que se disfraza de ello (como las palenqueras para la foto, que no son de Palenque), con lo que llega al consumidor a brindar las experiencias que constantemente está buscando. La cacería de experiencias sigue creciendo y las marcas deben estar preparadas para ello; por eso con mucha más frecuencia saldrá un taxi desde Bocagrande con dirección no definida a la rumba que se celebra en el Rey de Rocha.