Cuando por fin encontré las respuestas, me cambiaron las preguntas


Introducción

“Papá, papá, ¿es cierto que en la China Antigua los hombres no conocían a sus esposas hasta después de haberse casado? - Hijo mío, eso ha pasado siempre en todas partes”.

El misterio de lo humano

La anterior conversación nos revela una gran verdad, el ser humano es un misterio, un misterio para uno mismo y por supuesto un misterio también para los demás. Hoy es inconcebible creer que en algunas culturas los esposos no conocían a sus esposas sino hasta después de haberse casado, sobre todo porque existe la falsa creencia que el matrimonio sólo es posible cuando se ejecuta con amor: primero el amor y después la convivencia que acaba el amor, al menos esa es la creencia que circula entre muchos en la actualidad, antes la creencia era en cierto sentido inversa, el amor no es lo más importante en el matrimonio, había otros intereses de por medio, primero el matrimonio y si es posible, luego sobreviene el amor.

Sin entrar a discutir cuál es el mejor o el peor criterio de selección matrimonial, es un hecho que cuando uno se casa y va conociendo más a su pareja más va entendiendo que en cierta medida es un mito creer que uno se casa conociéndola totalmente, sin embargo el asunto se hace más grave cuando recapacitamos y nos damos cuenta que mientras se dedican cuatro, cinco o hasta seis años estudiando un pregrado universitario, se hacen extensos y complejos cursos de inducción en las empresas y, la selección de personal forma parte de un departamento dedicado única y exclusivamente para eso, en el proceso de conocimiento previo al matrimonio parecería que el tiempo y la preparación del mismo no importa, el afán o la rutina hace que le dejamos mucho al azar en la preparación para el matrimonio y ni que decir que es muy poco el tiempo que le dedicamos a la preparación posterior al matrimonio para la vida en pareja. El misterio humano reclama de la pareja reverencia, el conocimiento mutuo reclama de nuestra parte paz – ciencia (tiempo, esfuerzo y dedicación) y, en las relaciones de pareja esto sólo acontece cuando se da el paso en dirección al amor adulto. La característica más importante del amor adulto es que aceptas a la otra persona de la forma que ella es, entonces es cuando en realidad se cumple lo que dice la canción “Te amaré” de Miguel Bosé: “con defectos y manías, te amaré…” Durante el amor adulto, aquel estado casi catatónico del enamoramiento desaparece, pero en su reemplazo aparece ahora un amor vivo, despierto, con un interés profundo y sincero por la esencia de la otra persona. En comparación con los otros dos niveles del amor: el amor romántico y el amor en tránsito, el amor adulto puede durar toda la vida, y aclaro, “puede durar”, lo cual significa que pueda que sí, o pueda que no, esto dependerá del tiempo, el esfuerzo y la dedicación que le pongamos.

Conclusión

El amor adulto requiere de mucha paz y ciencia.

Nota: El misterio humano se revela cuando nos comunicamos. Video recomendado: (6) TEMAS CON ALBERTO COMUNICACIÓN EN FAMILIA - YouTube


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