Introducción
"El afecto deforma nuestra percepción:
Éste era un tema en el que insistía el Maestro una y otra vez, y los discípulos tuvieron la oportunidad de verlo ejemplificado cuando el Maestro le preguntaba a una madre:
¿Cómo está tu hija?
Mi hija? ¡No sabes la suerte que ha tenido! Se casó con un hombre maravilloso que le ha regalado un auto último modelo, le compra todas las joyas que quiere y le ha dado un montón de sirvientes. Incluso le lleva el desayuno a la cama y le permite levantarse a la hora que quiera. ¡Un verdadero encanto de hombre!
¿Y tu hijo?
Ese es otro cantar! ¡Tremenda mujer sinvergüenza le ha tocado a mi muchacho! El pobre le ha regalado un auto último modelo, le ha cubierto de joyas y ha puesto a su servicio no se cuantos sirvientes para que la atiendan, ¡y ella se queda en la cama hasta el medio día! ¡Ni siquiera se levanta a prepararle el desayuno!
(Cuento de Anthony de Mello)
Sensación, percepción y ética conyugal
Nuestros órganos de los sentidos son las ventanas y puertas que ponen en contacto al "Yo" con lo que es externo a él. Las ondas sonoras golpean nuestro oído y se genera una sensación auditiva, los corpúsculos luminosos golpean nuestros ojos y se produce una sensación visual y así sucesivamente, lo mismo pasa con el olfato, el tacto, el oído y el gusto, uno a uno nos permiten "sentir" la realidad; pero ahí no termina el asunto, esos impactos físicos y químicos son transformados en impulsos nerviosos que son la base de nuestras emociones, una vez "emocionado" nuestro órgano sensorial se produce un movimiento que transforma la sensación física o química en un impulso eléctrico que codifica la experiencia vivida (el suceso sensorial) en información, esa información es trasladada del lugar de la sensación (ojo, oído, olfato, etc.) en dirección al cerebro, allí en el cerebro la información es decodíficada e interpretada produciendo esto que llamamos "percepción", de este modo podemos concluir que la percepción es una interpretación que hacemos de la realidad a partir de la información que nos dan los órganos de los sentidos. En el fondo toda percepción es una interpretación, de allí que podamos replicar la famosa "Ley Campoamor" que dice que "nada es verdad ni mentira, todo depende del cristal con que se mira".
Conclusión
Discernir si el comportamiento de tu esposa o el de tu marido es bueno o malo y discernir también si merece de ti una actitud empática (te entiendo) y simpática (me identifico contigo, si estuviese en tu lugar pensaría lo mismo, sentiría lo mismo o haría lo mismo) como bien lo hemos podido ver, requiere de parte nuestra aprender a elevar nuestro nivel de consciencia, o como dicen los maestros espirituales, "aprender a ver no sólo los árboles, sino también tener la capacidad de ver el bosque", es decir, aprender a ver no sólo los actos de nuestro conyuge (hechos puntuales) sino también sus actitudes (concatenación de actos).
¿Cuántos errores cometemos al inicio de nuestra vida conyugal por pura y física inmadurez? ¿Cuánto aprendizaje podemos adquirir si somos perseverantes junto a nuestra pareja? y ¿Cuánto bien atraeríamos a nuestra vida si cultiváramos más la empatía y la simpatía entre nosotros?