Entre las muchas cosas que he leído y escuchado -desde personales hasta deportivas- sobre la continuidad de José Pékerman al frente de la selección Colombia, una me quedó sonando y fue la que publicó El Tiempo en la edición del domingo 17 de agosto de 2014
Algunos de los rumores, en voz baja desde las propias oficinas de la sede administrativa de la Federación, indicaron que existió una supuesta charla entre el presidente de la República, Juan Manuel Santos, y Bedoya en la que el Jefe del Estado habría dicho que Colfútbol debía firmarle un cheque en blanco al técnico para asegurar su continuidad, “que por eso no se preocuparan...”.
No sé si es verdad o es rumor, lo cierto es que el Gobierno Nacional ha tenido mucha ascendencia para la escogencia del último entrenador. Cuando salió "Bolillo" Gómez por la agresión a una mujer, la Federación de fútbol insistía, por costos, en un técnico colombiano, incluso a Gómez lo reemplazó su compatriota Leonel Álvarez. Pero como los buenos resultados no llegaron y la escogencia del técnico se volvió un "problema de Estado", el Presidente Santos sugirió (pidió, dicen algunos) un técnico extranjero. Esa sugerencia fue acatada por la Federación y ésta a su vez, recibió de parte del Gobierno Nacional la colaboración para el fútbol. Desde entonces las relaciones son inmejorables.
Una ayuda que recibió el fútbol fue apoyar, impulsar y sacar adelante una Ley marco para que los equipos profesionales se convirtieran en sociedades anónimas y evitar que desaparecieran algunos por insolvencia. Por ejemplo, la Dian colaboró mucho en este aspecto.
Dicho lo anterior, no me extraña que el Presidente haya tomado las banderas de ese clamor popular para que el profesor Pékerman continúe al frente de la Selección.
Si el giño es recibido nuevamente, y la Federación es sensata, las relaciones entre Gobierno y Federación se estrecharán aún más, o de contrario, todo lo logrado a nivel deportivo corre el riesgo de truncarse porque la Selección con José Pékerman ganó liderazgo, seriedad, disciplina y mucha austeridad verbal, sin desconocer la calidad de los jugadores.
Es más, si Pékerman pide el control de las selecciones menores y si los miembros de la Federación piensan más en el fútbol y menos en los repartos presupuestales y burocráticos, deben hacerlo inmediatamente porque Pékerman es un especialista en formar jugadores. De hecho, sus mejores resultados los ha conseguido con las selecciones menores.
Si quieren un proyecto serio y a largo plazo, con Pékerman no se equivocan. Cuando Argentina le entregó la responsabilidad del manejo de todas las selecciones juveniles en 1994, los resultados fueron: tres campeonatos mundiales juveniles y dos suramericanos en diez años. Las selecciones juveniles de Argentina al mando de Pékermán se convirtieron en una cantera para la selección mayor. De allí salieron los Messi, los Sorín, los Mascherano, los Aguero, los Ayala, etc.
Una de las formas de agradecerle a Pékerman las alegrías que le ha dado a Colombia es entregándole un proyecto como lo hizo Alemania con el técnico Joachim Low. Los alemanes arrancaron el proyecto en el 2004 y en el 2014 recibieron el premio mayor: Campeones del mundo en Brasil.
Lo único malo para Pékerman es que el listón lo dejó muy alto y desde ya la prensa y la afición le va a exigir clasificaciones y campeonatos. Eso no lo duden, pero igual, lo bueno no se cambia.