Al Blatter colombiano no le pasará nada


El presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Luis Bedoya, 
dijo que nadie en la entidad ha recibido sobornos. Y así, todo quedó aclarado para y ante los medios.

Es más, dijo que colaboraría con los entes que le requirieran para el esclarecimiento de todo. Suena bonito. Lo que no suena bien, ni sabe bien son dos cosas: Una, no ha podido justificar su voto por Blatter. Y, dos, confirma que la Federación recibió un “auxilio” de la Conmebol de 1 millón 500 mil dólares, en tres cheques.

En el primer caso, su voto por Blatter puede interpretarse como un voto a un “amigo”, así éste sea cuestionado por sus prácticas corruptas. También puede interpretarse como el voto a su máximo jefe, al que le debe fidelidad, o de lo contrario, le quita los enormes beneficios. Es decir, un voto amarrado. Tan fácil que es explicar el hecho y tan difícil le ha resultado a Bedoya justificar su voto.

El segundo punto, le fue muy fácil explicarlo. Dijo que ese dinero recibido lo invirtieron casi todo en la sede de la Federación. A Bedoya y su combo, al parecer no le importaba de dónde provenía ese dinero, aunque aclaró que era un “auxilio” de la Conmebol. Difícil para muchas personas creer que el dirigente ignorara que ese dinero venía solamente por derechos de transmisión de la Copa América, máxime, cuando él es vicepresidente de la Conmebol, entidad que giró el dinero. Y según el Departamento de Justicia Americano, que investiga la corruptela de la Fifa, a la Federación supuestamente le correspondían 7 millones de dólares por sobornos de la Copa América, o sea, le faltaría que le giraran 6 millones.

Ambos asuntos parecieran problemas simplemente éticos. Pero en el diccionario de Bedoya y compañía, la ética podría ser una palabra en desuso.

En el primer caso algunos dirán:¿cuál es el delito de votar por un amigo al que acusan sin pruebas?

En el segundo caso dirán: No me importa de dónde provenga el dinero, lo importante es que sirvió para una buena causa, la sede de la Federación.

Pero bueno, esos dos asuntos éticos pasarán rápido y los Blatter colombianos seguirán en sus puestos, tal vez por décadas, porque allí aseguran poder y dinero. Y, además, en menos de diez días arranca la Copa América y los triunfos deportivos olvidan los asuntos éticos y demás.

En fin, las declaraciones de Bedoya dejaron un halo de indignación.


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