Como bien podemos ver, con lo dicho en la “fórmula del perdón”, éste es un don, un regalo, que se le puede dar al otro, sin necesidad de que este otro (el ofensor) aplique las cuatro condiciones esenciales que a él le corresponden (reconocer, expresar, decidir y buscar la reconciliación), ya que el perdón es un asunto unilateral, nadie más que el ofendido (aquel a quien se le causó el mal objetivo) puede perdonar, independiente de la actitud del ofensor; por esa razón podemos hablar de una doble modalidad de perdón:
- Perdón Ideal (en el que se aplican las cinco condiciones esenciales: Que el ofendido esté dispuesto a perdonar y otorgue el perdón al ofensor, que el ofensor reconozca su falta, que el ofensor exprese su pesar, que el ofensor decida no volverlo a hacer y que entre el ofendido y el ofensor se pueda dar la reconciliación).
- perdón básico (en el que sólo se aplica la primera condición).
En otras palabras, para que el ofendido perdone, no necesita que le pidan perdón, y de igual modo, pedir perdón no significa que el ofendido esté obligado a perdonar.