Introducción
Poco a poco y sin ánimo de extenderme en explicaciones infructuosas, les comento que he ido descubriendo en el ejercicio profesional como psicólogo y desde mi condición de esposo, padre de familia, hermano, hijo, amigo, en fin desde mi condición de ser humano "sintiente" que en la vida los celos son una realidad inocultable y tal vez hasta inevitable, algunos los viven de manera "sana" y otros de manera "patológica".
Nudo
En lo que va corrido de los meses de diciembre y enero he tenido que atender varios casos en los que los celos han estado presentes, en sus dos versiones. En una de esas sesiones terapéuticas conversando con una persona joven sobre el tema me preguntó ¿Cómo puedo diferenciarlos? Lo más irónico del asunto es que un par de días antes, la misma pregunta me la había formulado un adulto mayor. ¿Casualidad? ¿sincronía? ¿"diosidencias"? llámenlo como lo quieran llamar, el asunto es que los dos esperaban una respuesta como si yo fuera un gurú que tiene la última palabra, en ambas ocasiones nos reímos mucho buscando la respuesta porque se dieron cuenta que yo terminé devolviéndoles la pregunta.
Desenlace
Alguien dijo en una ocasión que "se aman las personas y se usan las cosas", pero también dijo que "éste mundo va de mal en peor porque el orden se ha invertido de una manera descarada".
Bueno, acabemos el suspenso y respondamos la cuestión. En las relaciones humanas podemos concluir que: Los "celos malos" son aquellos en los cuales lo que se cuida es una "cosa" y los "celos buenos" son aquellos en los que se cuida es una "persona".
Para el diálogo
¿Qué tipo de celos cultivas en tu mente, guardas en tu corazón y practicas en tu vida?
