LA PIEL EN LAS DIFERENTES EDADES
La niñez, es la única etapa de la vida en que en la mayoría de los casos podemos hablar de piel normal, sin olvidar que es una piel en extremo delicada, propensa a irritaciones e infecciones. Si bien es cierto que algunos adultos tienen una piel con un aspecto saludable en color y textura, esto no es lo más común. En los niños, el equilibrio en las secreciones de las glándulas de la piel, determina su tersura y elasticidad.
En la adolescencia la piel sufre una serie de modificaciones, consecuencia del despertar hormonal, lo que la predispone en muchos casos a grasitud, acné y seborrea. Entre los 20 y los 25 años, muchas personas han superado el acné, aunque la piel grasa permanece el resto de la vida. A partir de los 30 años, el proceso de recambio celular se hace más lento, Es justo en este momento cuando inicia el temido proceso de envejecimiento, el cual puede más ser evidente si no ha existido cuidados previos, especialmente en lo referente a la protección solar.
Entre los 40 y 50 años, empieza a declinar la producción de colágeno y elastina, proteínas que le dan turgencia a la piel joven. Este proceso no sucede por igual y al mismo tiempo en todas las personas, y es menos dramático cuando se ha tenido cuidados preventivos. De los 60 en adelante se hacen aún más evidentes los signos del envejecimiento, no solo con acentuación de las arrugas, sino porque los bajos niveles hormonales (estrógenos) en las mujeres, hacen que la piel se torne seca, descamativa y con alteraciones en la coloración. Afortunadamente hoy, no necesariamente ocurre esta secuencia en el envejecimiento, ya que las personas son cada día más conscientes de la importancia de los cuidados previos, los cuales no tienen que ser complicados ni incluir una cantidad absurda de cosméticos.
El envejecimiento cutáneo se observa mucho antes en mujeres que hombres, pero en estos últimos cuando se inicia avanza con mayor rapidez. El envejecimiento es parte del ciclo vital de todos los seres humanos, y si bien es cierto que con tratamientos cosméticos y algunos quirúrgicos puede mejorarse la apariencia de las personas, la actitud es el aspecto más importante en el hecho de aceptar que más años, no son sinónimo de pérdida de valía personal, laboral y social