“En el jazz, el encanto está en que te van a sorprender”: Manuel Lozano –director del Festival Voces del Jazz y del Caribe–
Por René Arrieta Pérez.
Manuel Lozano Pineda es un periodista con amores promiscuos entre la música y el cine, dos de sus grandes pasiones. En su carrera como Comunicador Social tiene una experiencia vasta en la reportería con el cubrimiento de distintas fuentes como económica, nacionales, entretenimiento, cine, música entre otras. Ha sido realizador de programas de radio durante muchos años, jefe de programación de Telecaribe. Se ha desempeñado igualmente como catedrático en materias como Redacción, Radio, Televisión, Teoría de la Comunicación, Apreciación Cinematográfica.
Lozano Pineda (Cartagena, 1968), en su amplio itinerario profesional como jefe de prensa de distintos eventos, asesorías en materia de comunicaciones y catedrático, se ha desempeñado como: asesor y Jefe de Comunicaciones del Instituto de Patrimonio y Cultura, 2022-2023; asesor del Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena, Colombia, 2013- 2016; asesor en comunicaciones y programas socioculturales Plan de Revitalización del Centro Histórico, 2009-2010; catedrático en Manejo de Fuentes, Producción de Radio, Apreciación de Cine, Universidad de Cartagena, 2009-2017; jefe de Prensa y Coordinador de Eventos Teóricos Festival Internacional de Cine de Cartagena, 2006-2009; jefe de Prensa Festival de Cine de Quito, Ecuador, 2005; catedrático de Radio y Redacción, Universidad Jorge Tadeo Lozano, Cartagena, 1994-1998; organizador y fundador del Festival de Jazz Bajo la Luna, Cartagena, 1993-1997; asistente de Prensa, Teatro Popular de Bogotá, 1998; asistente de Prensa Festival de Cine de Bogotá, 1998.
Manuel Lozano es fundador y director de la Fundación Cultural Festival Voces del Jazz. Es él quien está detrás del Festival y Voces del Jazz y del Caribe, eminente evento que cada vez brilla con más fuerza en el panorama cultural de Cartagena de Indias. Este año el Festival se realiza del 24 al 28 de septiembre, y rinde homenaje a Petrona Martínez, Grammy Latino de 2021, en la categoría de Mejor Álbum de folclor, con su trabajo “Ancestras”.
A continuación, presentamos a ustedes, amigos lectores, una breve entrevista con este promotor cultural de la ciudad, a pocas semanas para el inicio del Festival Voces del Jazz y del Caribe, en Cartagena.
Lozano Pineda nos habla de sus inicios en el disfrute y estudio de la música, de los antecedentes del Festival de Jazz Bajo la Luna y del Festival Voces del jazz y del Caribe, de Cartagena y la industria turística, el empresariado, entre otros asuntos. La cita fue en la Biblioteca Fernández Madrid de la Universidad de Cartagena, Claustro San Agustín, una tarde de días pasados, cuando cumplía una agenda bastante estrecha en la organización del Festival.
El Festival Jazz Bajo la Luna se hizo en 1993, el 18 de diciembre. Esta fue una iniciativa mía que se la comparto a Gustavo Tatis, igualmente a Ricardo Vélez, que es clave también, y a Patricia Castillo. En ese entonces, fue el segundo festival de Jazz en el país, el primero en el Caribe. El primero fue en el Teatro Libre. Jazz bajo la Luna fue inspirado en el del Teatro Libre, precisamente. Yo estudié allá. Cuando llegué aquí tenía 22 años, y emocionado por el nivel de música y de músicos, me dije que Cartagena era el sitio ideal. Afortunadamente convencí a Gustavo, como yo, un apasionado por el Jazz. El festival duró 6, 7 ediciones. Lamentablemente no pudo seguir por falta de patrocinio. Compartíamos esa afición con el oficio de ser periodistas, el festival nos quitaba mucho tiempo y poco a poco se fue desvaneciendo; sin embargo, yo, por mi pasión por el jazz continué haciendo programas de radio, en AM y FM, en la emisora de la Policía, y realizábamos distintos conciertos pensando en el jazz.
Trajimos a Edy Martínez, trajimos a Richie Ray para hacer un poco de latín jazz, él siempre no dijo que no hacía jazz, sino salsa; bueno, lo trajimos. Trajimos varias veces a Justo Almario e hicimos varios conciertos de jazz hasta que, en 2008, la emisora de la Universidad de Cartagena abrió su emisora, y Martha Amor, la directora, me dio la oportunidad de hacer el programa Voces del Jazz, este lo hacía con una compañera, esta retiró, pero al año de estar haciendo el programa, lo convertimos, gracias a Caribe Plaza y la emisora de la Universidad, en un pequeño festival, que fue creciendo. Hicimos el festival en el 2010, y fue creciendo poco a poco, y año tras año le agregábamos un ingrediente más, y, en el 2014, lo llamamos Festival Voces del Jazz y del Caribe, porque sentíamos que la fuerza cultural de la ciudad, además del jazz, ameritaba que incluyéramos otros ritmos, que se fusionaran con el jazz y empezamos a traer gente, de Dominica, de Martinica, de Guadalupe, del Caribe. Fuimos creciendo, empezamos con unos concursos, después con unos conciertos especiales. Lo dejamos de hacer en pandemia y otros años; finalmente, llegamos al 2024 con un festival robustecido, maduro económicamente, de mercadeo, con mucho trabajo. No quiero decir que el trabajo se haya consolidado, tenemos que trabajar más fuerte, el festival es mucho más exigente en producción y en número de artistas. Este año traemos a 130 artistas. Traemos a grandes agrupaciones y el reto es que la ciudad tenga un festival digno, y hemos crecido para eso.
Manuel, en esa época del Festival de Jazz Bajo la Luna inicia prácticamente todo este periplo, Cartagena era una ciudad acogedora para la cultura, estaba romantizado el ambiente, y en esos primeros años, recuerdo que simultáneamente, cuando sonaban las notas de Arturito Sandoval, Edilberto Sierra hizo un boceto de un precioso jazzista. Existía ese ambiente mágico que imbuía todo, un sentimiento romántico en la cultura. De ese momento a este presente, ¿crees que permanece el mismo entusiasmo por parte de los empresarios de brindar un gran apoyo al Festival de Jazz?
Yo he aprendido desde el año 1993 hasta la fecha que a la ciudad sí la mueve el espíritu caribe. Lo que hay es que descubrir dónde está ese chip que conecta al público con los eventos culturales. Y creo que es cuando logras encontrar cómo motivar al público a comprar una boleta, a asistir a los eventos. No es fácil convocar a grandes artistas, hacer la publicidad. La palabra clave es conectar. A veces se conecta más con unos artistas que con otros. Igual pasa con los empresarios. A los empresarios cartageneros no hay que hablarles de apoyo, porque creen que te están haciendo un favor, y a veces te lo hacen, y uno recibe eso con mucho agradecimiento, pero la idea no es esa, la idea es que ellos sientan que están invirtiendo en ciudad, en sus negocios. Sobre todo, la industria hotelera y del turismo necesita de estos espacios. Afortunadamente Cartagena está despertando, hay muchos eventos y esos eventos terminan haciendo conciencia en el público que los artistas merecen un aplauso, pero más allá de que los artistas merezcan un aplauso o un pago, la ciudad se moviliza culturalmente, hay música de todo tipo, hay música urbana, tenemos pop, tenemos jazz, tenemos música clásica, tenemos toda la música que ofrece el Festival Voces del Jazz y del Caribe: reggae, soukous, jazz en su mayoría, salsa, latín jazz; eso alimenta el oído e intelectualmente al público. Creo que todo esto no solamente beneficia al público, sino a la ciudad como tal. Es un proceso, un proceso que no solo necesita de mucho dinero; necesita de las autoridades, que abran los espacios para que haya mucha más capacidad para poder llegar a toda la ciudad.
¿Crees que sea conveniente la activación de un foro permanente sobre la cultura, el turismo, la ciudad, la interacción de los sectores público y privado?
Los foros, los debates, los análisis siempre son necesarios y deben ser permanentes, y creo que eso lo alimenta a uno constantemente para actualizarse en muchas cosas, pero pienso que la ciudad más que foros necesita es de acciones, de gente, de empresas e instituciones que hagan. Hay mucho diagnóstico, sabemos qué hay que hacer y no lo hacemos. No solamente desde el punto de vista de los eventos culturales, sino de todo, sabemos que la ciudad necesita mejorar su infraestructura en el tránsito para que la dinámica del transporte mejore, y no se hace nada, o se hace cada treinta años, y no solamente en el transporte, en todas las áreas, y culturalmente pasa exactamente lo mismo. Yo he estado en mil foros, en mil diagnósticos, y cada nuevo evento en este sentido hay que actualizarlo, porque ha cambiado todo desde la pandemia.
Podríamos decir que todo es foro y foros, y el empresariado y las instituciones no se implican.
Los empresarios están interesados, como es normal, en sus empresas. Ellos no están pensando en sacar adelante una empresa y decirse ‘si tengo que apoyar a un gestor lo hago’. Ellos están en su derecho de apoyar a quienes consideren, lo que creo es que los empresarios deben tener un chip que les permita ver la importancia que tiene el hecho de generar espacios y ayudar a la ciudad. Esto, el negocio, es una apuesta de ciudad, no es solamente un negocio, es construcción de ciudadanía, de tejido social, y es lo que mueve la industria hotelera, musical, pedagógica, académica… esto es una cadena de cosas, si todo el mundo mete mano, de a poquito, construimos una mejor Cartagena. Eso es lo que pienso yo.
Hablemos de jazz, ¿qué es el jazz para Manuel Lozano, ¿cuál es su atractivo?
Sentí que me gustaba el jazz desde los trece años, desde que mi papá, en el barrio el Socorro, llevó un cassette de una colección que sacaban y allí había unas canciones de Ella Fitzgerald de Louis Armstrong, de una cantidad de artistas. Yo a esa edad, lo que más había escuchado era vallenato, bullerengue, música africana, y me gustaba, era fanático de la música africana, el vallenato lo escuchaba por obligación, me terminó gustando. De pronto, encuentro diferente los sonidos del jazz, los que había venido consumiendo hasta los trece años, y empiezo a escuchar ese cassette una y mil veces, después en la Universidad volví a escuchar más música, los amigos que te comparten música, la gente que está a tu alrededor, tú buscas a los que coincidan con esos gustos, y el jazz se convirtió, poco a poco, en una pasión. Yo me metía en la biblioteca a investigar sobre la historia del jazz, a identificar sus sonidos; escuchaba las emisoras de jazz en Bogotá. El jazz es para mí como una forma de aprovechar y de disfrutar el tiempo. La música es una forma de aprovechar el tiempo en algo que te apasiona y te gusta. Escucho horas y horas de jazz, a veces, en casa, solo o acompañado; en conciertos. Me gusta mucho y aprendí a valorarlo. El jazz tiene esa ventaja, mientras más lo escuchas, más te gusta, creo que es con todos los géneros, mientras más escuchas, más vas aprendiendo. El jazz es exigente, tú vas descubriendo cosas y te das cuenta de que hay complejidades, como en el free jazz, y empiezas a investigar y a ver qué carajo tiene que hace que te guste, y comienzas a identificar cosas que terminan gustándote. El jazz te exige, no es música pasajera, no es música para escuchar de fondo. La misma música del jazz se va metiendo en tu manera de ser.
En el jazz, un instrumento puede iniciar con la melodía improvisada, convoca a un diálogo a los otros instrumentos y así arman toda una sinfonía, y es lo que sucede en una jam session.
Sí, sí, claro. Lo sabroso del jazz es que no es música con la que tú ya sabes qué va a pasar, es música que te sorprende constantemente. En un concierto de otro género musical, de música clásica, la salsa, el reggaetón, en la champeta, en toda la música, tú sabes exactamente lo que va a pasar y repites lo que va a pasar, y eso tiene su encanto, pero en el jazz no, en el jazz el encanto está en que te van a sorprender, y te sorprenden con una melodía y te la tocan de otra manera, tú la identificas y te gusta, porque te la están mostrando de diferente manera. Eso es lo que tiene el jazz, música constantemente evolucionando.
El jazz también tiene la característica de haber sido pasión de grandes escritores, como Cortázar, autor de ese enorme cuento, El perseguidor, de poetas como Gonzalo Rojas y Allen Ginsberg.
El personaje de El perseguidor y ese grupo de gente que se reúne para escuchar jazz… Sí, y una gran cantidad de escritores y artistas que ven en el jazz la oportunidad de generar imágenes y descripciones en sus libros, están John Dos Passos, Hemingway y otros. La literatura y el jazz tienen sus relaciones, y hay muchos escritores que las referencian.
-Manuel, cuál es el llamado tuyo a la ciudad y sus estamentos para apoyar no solamente este evento, sino a todos los eventos en la ciudad que la hagan más atractiva para el turismo, y, sobre todo, porque estamos en deuda con Cartagena, que ha sido maltratada en múltiples sentidos, cuando es una joyita que debiéramos tener bien presentada. ¿Cuál es ese llamado para configurar a Cartagena como una ciudad esplendorosa en la oferta cultural?
Nosotros encontramos en el jazz una propuesta y una oportunidad para articular géneros musicales, el jazz tiene esa característica, y el jazz nos ha servido para homenajear a la música vernácula nuestra, nosotros no estamos interesados en hacerle homenajes a los grandes artistas internacionales del jazz, nos interesa nuestros músicos, por eso le hicimos un homenaje desde el jazz a la champeta, por eso le hicimos un homenaje desde el jazz a Joe arroyo, los pelaos, los artistas, que cultivan el jazz a partir de la convocatoria que hacemos deben reconstruir las piezas de los artistas que vamos a tributar y convertirlos en temas de jazz. Pasó una cosa curiosa en el homenaje que hicimos a la champeta, fue un pastuso quien hizo el mejor arreglo para una canción del Sayayín (John Jairo Sayas Díaz), y lo hizo de una manera tan respetuosa, tan creativa y sabrosa, que la champeta seguía sonando a champeta, pero tenía unos giros y un revestimiento bacanísimo, y también pasó con la música de Alejo Durán, Lucho Bermúdez, José Barros. El año pasado le hicimos un homenaje a una de nuestras figuras de jazz en el mundo, Justo Almario, hemos hecho homenaje a Edy Martínez, al maestro Óscar Acevedo.
Digamos que el Festival ha servido precisamente para involucrar muchas músicas del mundo y para que la gente lo disfrute, y aquel que le guste el jazz, encuentre un espacio con el jazz, pero aquel que le guste el vallenato, también lo encuentre… el vallenato desde otros sonidos, ¿no?, porque hay suficientes festivales de vallenato en el país, festivales de vallenato en la ciudad, festivales folclóricos en la ciudad que viven esa belleza pura y orgánica. Aquí lo que intentamos es mezclar esas músicas y decirle a la gente que venga y disfrute de este espectáculo variopinto, musical, cultural, que involucra muchas cosas. El Festival, por ejemplo, este año trae reggae, salsa, compas, latín jazz y soukous (con un mago del soukous como lo es Shimita, que hizo parte de Soukous Stars, y Soukous Stars es muy familiar para nuestra cultura musical de los años 70 y 80, y hace parte de ese crecimiento y evolución de la champeta).
El nombre de Shimita no nos suena ahora, y es probable que no le suene al joven de esta generación, pero cuando escuchas la música te das cuenta de que la música es deliciosa, es de mucha energía y sientes que la has escuchado treinta mil veces. Shimita trae eso.
Traemos a Jimmy Bosch, un trombonista espectacular, no sé, es un maestro, un tipo… en su música, el trombón parece que hablara. Es muy querido, muy respetado, y viene a compartir con músicos locales.
Vienen 130 músicos del Caribe y de Colombia. Vamos a tener una variedad de artistas impresionantes, y un show de muchísima calidad.
Los eventos académicos van a ser otro de los atractivos. Se realizarán en el Claustro de la Merced, empiezan a las 9.00 de la mañana y acaban a las 5.00 de la tarde. Es una maratón de conversatorios, master class, vamos a tratar sobre el soukous, el reggae, sobre los artistas invitados, y vamos a profundizar sobre esos temas. Va a ser algo divertido, una faena de aprendizaje y de compartir música con todos esos artistas.
Artistas invitados al Festival Voces del Jazz y del Caribe:
Jimmy Bosch, trombonista norteamericano, de origen puertorriqueño, maestro de la salsa, quien ha integrado las orquestas de Ray Barreto, Eddie Palmieri, Rubén Blades, entre otras.
Camille Bertault, una de las figuras más prometedoras del jazz contemporáneo. Conocida mundialmente por su virtuosismo y letras sofisticadas, proclamada por la revista Vanity Fair como “la nueva voz del jazz”.
Shimita El Diego, una leyenda del soukous, cantante y compositor de la República Democrática del Congo, cofundador de la banda Soukous Stars.
British Dependency, originarios de la isla británica de Anguila, traen su sonido único con una mezcla ecléctica de reggae, soul y otros géneros.
Asimismo, engalanarán el evento el renombrado saxofonista cubano César López; Miguel Ángel Lous & Jah Lous, quienes fusionan el jazz, el blues y los ritmos latinos; Roseline Jersier, voz inspirada por el jazz y el blues; Wesli y su banda (Canadá-Haití), afro fusión de música festiva; Wazumbians (Ghana) fusión de ritmos afros de la tradición y la modernidad; Herederos de Petrona Martínez, quienes mantienen viva la tradición del bullerengue y otros ritmos caribes; Kike Serrano y Pargo Proyect (Cartagena), quienes fusionan la música folclórica con la electrónica; Asonrosé (Cartagena), fusión de latín jazz y salsa dura.
Dejamos a disposición de ustedes los vínculos para la adquisición de boletería para el disfrute de este gran evento de la cultura en Cartagena, y en donde pueden acceder a fotos, videos y comunicados de prensa.
Link de boletería
https://bindtickets.com/evento/festival-voces-del-jazz-y-del-caribe/
Link de fotos, videos y comunicado de prensa
https://drive.google.com/drive/folders/1ihLxMA3pwhU_2F5CfCbE4vUiqvK0Llf9?usp=drive_link
Link comunicado de prensa