10 razones para no vacunarse. Parte 1.


Con la llegada en los próximos días de la vacuna contra el COVID-19 a nuestro país, surgen muchos interrogantes sobre si recibirla o no; por esta razón quiero traer la información disponible sobre esas dudas que ha despertado la tan esperada vacuna.

 

1.        “No me vacuno por que esa vacuna la hicieron muy rápido”

Para comenzar no es una vacuna, a la fecha hay más de 60, algunas ya están aprobadas y otras siguen en ensayos clínicos. Pero comencemos por el principio. Para entender la razón por la cual ya disponemos de una vacuna debemos revisar la historia reciente de un grupo de enfermedades infecciosas que se llaman enfermedades emergentes, que son aquellas provocadas por un agente infeccioso recientemente identificado y anteriormente desconocido, capaz de causar problemas de salud pública a nivel local, regional o mundial.

En la última década la comunidad médica científica tuvo que enfrentar otras epidemias: AH1N1, Ébola, Zika, SARS, MERS -CoV, SARS-CoV-1, por mencionar los más sonados, esto obligó a los científicos a avanzar mucho en el desarrollo de vacunas, especialmente a través del conocimiento de sus secuencias genéticas. La información genética es como los planos con los que se construye un edificio, básicamente un manual de instrucciones de cómo están conformados y funcionan los seres vivos.

Hay que recordar que los virus “se parecen” y comparten ciertas características comunes entre ellos, también se parecen genéticamente, y sobre esas características se habían desarrollado otras vacunas para otros virus como los mencionados arriba. Estos avances logrados en los últimos 10 años como consecuencia de los brotes anteriores sirvieron de base para el desarrollo de estas vacunas. Dicho de otra manera, hace 10 años se viene trabajando en temas similares, no estamos descubriendo nada nuevo, no estamos descubriendo la rueda, este tipo de vacunas no se inventaron del año pasado para acá, solamente estamos avanzando sobre lo que se había logrado previamente debido a la necesidad a la que otras epidemias generaron.

Una vez se tienen claras esas secuencias genéticas y sus puntos claves se pueden desarrollar vacunas sólo en base a la información de secuencia genética y se puede enseñar al sistema inmune a defenderse, a desarrollar inmunidad sin necesidad de infectarse.  Para el caso COVID-19, su  secuencia genética se publicó el 11 de enero de 2020, los estudios previos con SARS-CoV-1 y MERS-CoV contribuyeron en el conocimiento del mecanismo de infección del COVID-19 y a la elección de moléculas candidatas para las posibles vacunas, eso ayudó a que el proceso  de desarrollo de las opciones de vacunas de las que hoy disponemos fuera más ágil, no rápido.

 

 2.       El elefante en la sala: “Nos van a implantar un chip para controlarnos”

No, no es cierto. No le van a inyectar un chip. Las vacunas funcionan enseñándole a nuestro cuerpo a defenderse de virus y bacterias. Las vacunas tienen categorías o clasificaciones, esas clasificaciones se llaman “plataforma de vacuna”.   Las plataformas de vacunas  (o tipos de vacunas) hasta ahora desarrolladas son: virus vivos atenuados, virus inactivados o muertos, con vectores virales, vacunas basadas en ácidos nucleicos ya sea ARNm o ADN  y vacunas a base de proteínas virales (como pedacitos del agente infeccioso)… pero no un chip. Si usted logra desarrollar una vacuna contra COVID-19 a base de un chip antes que acabe la pandemia, avise a ver si ganamos un premio Nobel, aunque mis experiencias recientes con la nanorobótica y sus relacionados han sido por decir algo, un poco decepcionantes. 

 

3.        ¿Por qué van a comenzar por los que tienen  más riesgo?

Porque son los que tienen más posibilidades de morir y si algo persigue este esfuerzo de inmunizar a la población es reducir el número de muertes, dado que  el riesgo de contagio va seguir. Los objetivos que persigue la inmunización son en términos generales reducir las muertes y casos graves tanto como sea posible, preservar el funcionamiento de la sociedad. Garantizar que los adultos mayores y pacientes con factores de riesgo sean vacunados contra el COVID-19 tan pronto como las vacunas estén disponibles ayudará a salvar la vida de quienes corren mayor riesgo de morir a causa del COVID-19.

 

4.        “Prefiero esperar que vacunen a otros y veo que pasa”

Eso se llama vacilación a la vacunación y solo tiene un problema: necesitamos alcanzar la inmunidad de rebaño. El término se refiere a la protección indirecta contra una enfermedad infecciosa que se consigue cuando una población se vuelve inmune, ya sea como resultado de la vacunación o de haber presentado la infección con anterioridad. Tratar de alcanzarla permitiendo que las personas se contagien les representó miles de muertos a Suecia y un descalabro económico sin precedentes al Reino Unido, quienes al principio de la pandemia intentaron manejar la situación permitiendo el contagio de la población en general. O sea,  mala idea. 

En Colombia, dicho de manera muy simple, cuando el 70% ya sea inmune por infección o vacunación, esto protegerá del contagio a quienes aún no tienen inmunidad (entre otras cosas porque hay menos personas capaces de transmitir el virus). Para alcanzar dicho nivel de protección en Colombia necesitamos vacunar 34 millones de personas; eso es una labor titánica. Nota personal: nunca pensé que siendo internista tendría problemas de pediatra.

 

5.        “A mi ya me dio COVID-19 así que no necesito la vacuna” 

Si usted ya tuvo COVID-19 su cuerpo pudo desarrollar un tipo de inmunidad que llamamos inmunidad natural, el problema es que no sabemos cuánto tiempo le va a durar esa inmunidad,  tampoco si va a evitar que se contagie nuevamente. Lo que los estudios muestran hasta el momento es que vacunarse  no le generará un riesgo adicional y puede protegerle de infecciones severas por COVID-19 en el futuro. Para aquellas personas que desarrollaron formas severas de la enfermedad y que requirieron la administración de anticuerpos monoclonales o plasma convaleciente deben ser evaluados previamente por el médico y esperar alrededor de 90 días antes del suministro de la vacuna.

 

Sé que son muchos más los interrogantes, pero la promesa de 1000 palabras sigue en pie. Nos vemos en la parte 2.


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