ORALIDAD Y ESCRITURA EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN


                                                                            “Una clave –quizás la calve– del liderazgo, y del incremento del 

                                                                             seguimiento, es la comunicación eficaz de una historia” H.Gadner  

                                                                                                                                                            

Esta reflexión se propone establecer relaciones interdisciplinarias entre la función de los medios de comunicación, la oralidad, la lectura crítica y la escritura de textos. ¿Qué es lo que se piensa plantear a través del uso de estas mediaciones? Pues, los conocimientos académicos, los estudios de ciudad, territorio, autonomía territorial y/o regional, identidad sociocultural, imaginarios, habitad, migraciones, y desarrollos comunicativos multilaterales sobre el Plan de Adaptación al Cambio Climático de nuestra ciudad, y de los objetivos del desarrollo sostenible (ODS). Para inculcar estos asuntos, hay que asumir la comunicación como dimensión constitutiva de lo social, dado que los lenguajes que circulan en el proceso comunicativo e informativo tienen su origen en las necesidades, sueños, esperanzas, y conflictos de la vida sociocultural de pueblos, estados y naciones. 

Se parte de considerar que la “comunicación”, además de proceso de intercambios de mensajes, es un valor al que la axiología le asigna una profunda reflexión, y nos invita a cultivarlo. Aunque se diga que es imposible no comunicar –un principio de la comunicación–, el valor de la comunicación es una construcción cultural que debemos promover y ejercer para que la imposición de su antivalor, la incomunicación, no nos entorpezca o desaparezca la existencia de lo humano. 

Es evidente que vivimos en una sociedad marcada por la comunicación planetaria, por la era del conocimiento, la era de la información y desinformación, de la Inteligencia Artificial, la robótica, la manipulación y la tergiversación, agenciadas por el uso incontrolado de las TIC. Entendemos por TIC, “el conjunto de recursos, herramientas, equipos, programas informáticos, aplicaciones, redes y medios que permiten la compilación, procesamiento, almacenamiento, transmisión de información como: voz, datos, texto, video e imágenes” (Art. 6 Ley 1341 de 2009. https://mintic.gov.co/)”. 

Observemos que los puntos latentes aquí son: la comunicación y sus aplicaciones integrales. Vista como valor, derecho y deber, la comunicación nos exhorta a defenderla. Y mucho más si se trata de la “comunicación humana”, la cual es el pilar motivacional de la “comunicación tecnológica”, en tanto que nos ayuda a expresar el sentir y el pensar de la Humanidad. Por ello, al hablar hoy de revoluciones tecnológicas, nos compete meternos en el universo de las TIC, a fin de poder divulgar, con celeridad y transparencia, los conflictos del ser humano, y de las culturas humanas, en el contexto de la sociedad digital e hiperdigital. 

Una multitud de conceptos y situaciones comunicativas surgen al respecto, y que son indispensables tenerlos en cuenta, al comprender e interpretar la tarea de gobernar la sociedad, de orientar la educación formal y no formal. Ellos son: Los signos, señales, indicios, gestos y silencios; los actos de habla, los acuerdos, desacuerdos, consensos y disensos; los pactos, tratados y convenios; los foros (exposiciones), debates (la persuasión, la argumentación, la proposición); los informes, noticias, memorias e historias; los comentarios, reseñas y comunicados; las resoluciones, manifiestos, memoriales y declaraciones; los discursos oratorios, la expresión de las bellas artes; los pronunciamientos, las exaltaciones, y proclamas, etc. Diríamos, a la vez, que son formatos discursivos y estrategias comunicacionales para expresar, influir, instruir, motivar, reconocer, y defender los intereses individuales, gremiales, políticos, sociales e institucionales.

Sin la mediación comunicativa es imposible empoderar a los pueblos y a las personas para orientar el sentido del cambio, comprendiendo y construyendo nuevas realidades. La acción comunicativa coordina el sentido de la comprensión y dinamización del conocimiento puro y aplicado. La acción dialógica posibilita la construcción del proyecto de nación y la sensibilización en favor del cambio, al facilitar (liderar) la transformación del entorno (territorio), y al consolidar los resultados de los planes de desarrollo. Asimismo, la acción dialógica orienta la ejecución de los proyectos y programas de trabajo en las instituciones y las acciones de mejoramiento de las mismas, y de las comunidades sociales. 

El empleo asertivo y estratégico del poder de la comunicación, asociado al de las TIC, nos permite, igualmente, crear condiciones de gobernabilidad y climas de gobernanza confiables; nos promueve a organizar un orden de gobierno para administrar lo público y lo privado, con garantía de justicia y respeto al estado social de derecho (al sistema de derechos y deberes ciudadanos); nos inspira la promoción de la sensibilidad social y ambiental, y nos convoca a la observancia de la solidaridad como práctica fraternal entre los seres humanos. Y, lo más especial, el cultivo y ejercicio de la comunicación dialógica, pedagógica o educativa, para garantizar la creación de textos orales y escritos, y contextos de aprendizaje que posibiliten el desarrollo exitoso, tanto de la enseñabilidad y la educabilidad de los saberes y conocimientos, como de la praxis educativa de carácter humanístico, técnico, tecnológico, profesional y ancestral.  

Asumida la comunicación como la dimensión que engendra y sostiene la realidad de lo social, se hace necesario, no solo dominar técnicas y estrategias comunicativas que viabilizan la transformación social, sino que es imprescindible, por igual, el dominio del lenguaje en sus múltiples manifestaciones. ¿Por qué motivo? Porque el lenguaje es el dispositivo cultural que nos permite codificar los mensajes que el emisor hace llegar a la conciencia del destinatario singular o colectivo, con miras a comprometerlo en la construcción de nuevas realidades en el aula, la familia, las instituciones y en la sociedad global. La acción fundante de nuevas realidades individuales y colectivas es el papel generativo y esclarecedor que cumple la comunicación social, la comunicación humana, la comunicación pedagógica, el lenguaje, la lengua y el habla de los ciudadanos. 

Los liderazgos transformadores y la comunicación poderosa del saber y del conocimiento son los responsables de modificar las viejas realidades predominantes, en nuevas estructuras. 

Se infiere que, la herramienta de la comunicación como dimensión constitutiva de lo social, es un poder que debe afincarse en las prácticas culturales, para despertar nuevas conciencias y poderes influyentes en la esfera del territorio donde habitamos. La expresión de la verdad, como libertad de elección ética, riñe contra la comunicación de la mentira. La verdad, como acumulado polifónico de conocimientos locales o universalmente válidos, conduce a la comunicación de la luz. La mentira, como forma de corrupción, es el fango donde muere el ideal de comunicación integrativa y reinan las tinieblas. 

Cartagena de Indias, julio /2024. 


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