Acné y alimentación


 Acné y alimentación

 Durante muchos años, los dermatólogos han comunicado a los pacientes, que no existe relación entre los alimentos consumidos y  acné, de tal manera que además del tratamiento médico, se les  sugería como a cualquier otra persona, una dieta sana como parte de un estilo de vida saludable. Desde finales de la década de los 90´s, los investigadores han empezado a involucrar las dietas ricas en carbohidratos, productos lácteos y grasas saturadas en la aparición o agravamiento del acné.

 El consumo de harinas, que se absorben  rápidamente como las presentes en arroz blanco, papas, pan blanco, cereales refinados, entre otros alimentos, produce aumento rápido de la glicemia,  lo cual a su vez hace que se incremente la cantidad de insulina, una hormona que produce el páncreas y que se encarga de regular los niveles azúcar en la sangre. El aumento de insulina, conduce a  incremento de la producción de hormonas como la testosterona en ovarios o testículos, que secundariamente estimulan la producción de  grasa en las glándulas sebáceas, lo que puede conducir a  un taponamiento del conducto de salida de éstas y la aparición secundaria de acné, especialmente en las personas con predisposición al mismo.

 Algunos pacientes presentan por predisposición genética, resistencia a la insulina, en la cual ésta no lleva en suficiente cantidad azúcar a los tejidos, aumentándose su concentración en sangre al ingerir una dieta rica en azúcar, lo que lleva  a aumento de insulina con sus correspondientes efectos. Los productos lácteos también pueden producir o agravar el acné, por el mismo mecanismo que los azúcares, pero también por  hormonas presentes en la leche de vaca, especialmente si están preñadas, ya que contienen mayor cantidad de hormonas acneizantes,  que alteran el sistema hormonal de las personas que la consumen. Las grasas saturadas de la misma manera son causa de aparición o agravamiento del acné. Está demostrado que las sociedades en las cuales el consumo de carbohidratos es casi nulo, no padecen de acné, es el caso de los esquimales y habitantes de la isla de Okinawa.

Algunas vitaminas, especialmente las del complejo B, también pueden producir brotes de acné. No debemos desconocer los beneficios de la leche y azúcares en la alimentación; por lo tanto es importante que las personas que padecen acné tengan un manejo conjunto entre dermatólogo, nutricionista y endocrinólogo.  Existen personas en quienes ningún tipo de alimento desencadena acné, probablemente porque no tienen antecedentes genéticos de acné. El objetivo del tratamiento en acné es evitar las cicatrices como secuela. Independiente de la causa, un tratamiento a tiempo, en conjunción con recomendaciones e intervención de  otros especialistas,  puede lograr la erradicación sin secuelas.