Los trastornos del comportamiento alimentario

VISIBILIZANDO LOS TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO ALIMENTARIO


Los trastornos del comportamiento alimentario son una condición anormal que consiste en la alteración persistente en el comportamiento con respecto al consumo de los alimentos, lo que causa deterioro en la salud física y/o en el funcionamiento psicosocial de las personas. Dentro de los trastornos del comportamiento alimentario se incluyen principalmente: la bulimia nerviosa, la anorexia nerviosa, los trastornos de atracones, los trastornos de restricción/evitación alimentaria y los TCANE (trastornos alimentarios no especificados).  

El Instituto Nacional de la Salud Mental de los Estados Unidos ha señalado que los trastornos del comportamiento alimentario son enfermedades biopsicosociales, difíciles de diagnosticar, de tratamiento prolongado, de frecuentes recaídas y asociadas a depresión, ansiedad, abusos de sustancias psicoactivas e intentos de suicidio. Se calcula que más de 28 millones de estadounidenses tendrán un trastorno del comportamiento alimentario en su vida.

Los trastornos del comportamiento alimentario se han convertido en un problema de salud pública con fuerte impacto en la salud social. La tendencia actual es el incremento en su frecuencia, debido a la fuerte presión de la sociedad y de los medios de comunicación que presentan a la delgadez, y sobre todo a la delgadez extrema, como un prototipo de imagen esbelta.

Los siguientes son factores de riesgo para presentar trastornos del comportamiento alimentario: la adolescencia, el sobrepeso, la obesidad, vivir solo, insatisfacción corporal, percepción distorsionada de la imagen corporal, temor a engordar, no saber manejar la presión del grupo o de los compañeros, trastorno de ansiedad, depresión o estrés, inadecuado uso de las redes sociales, fijación anormal en estereotipos o modas poco saludables, inseguridad personal, escasa comunicación padres-hijos, antecedente de trauma psicológico o trauma repetitivo, familiar cercano con trastorno del comportamiento alimentario, trauma sexual en la infancia, experiencia de violencia y de estrés postraumático, deseo de perfeccionismo, disfunción familiar, alteraciones metabólicas o psicológicas, baja autoestima  e inseguridad alimentaria, entre otras.

Los trastornos del comportamiento alimentarios tienen varias consecuencias sobre la salud: enfermedades cardiovasculares, pérdida de los dientes, problemas gastrointestinales, convulsiones, daño cerebral, apnea del sueño, pérdida ósea y aumento de la ansiedad, depresión y trastornos del estado del ánimo. En las mujeres puede afectar negativamente la salud reproductiva y materna: favoreciendo el aborto espontáneo, el bajo peso al nacer, las complicaciones obstétricas y la depresión posparto. Además, pueden contribuir con la pérdida de empleo o el cupo académico, reducción en el rendimiento y la productividad y ameritar costos significativos en atención médica, tratamiento y de apoyo.

El Grupo de Investigación Salud de la Mujer adelantó un estudio en 612 estudiantes de pregrado de facultades de Medicina, Enfermería y Ciencias Químicas y Farmacéuticas de una universidad pública del caribe colombiano, para identificar frecuencia de trastornos del comportamiento alimentario. El cálculo del tamaño de la muestra fue estratificado según sexos y número de matriculados en los semestres académicos. Los estudiantes participaron anónima y voluntariamente respondiendo las preguntas de la Escala de Actitudes Alimentarias [EAT-26], la cual explora actitudes alimentarias anormales, especialmente el miedo a ganar peso, el impulso por adelgazar y los patrones alimentarios restrictivos o de evitación. La EAT-26 permite identificar, con el dominio preocupación por la dieta, las conductas referentes con la delgadez y la evitación de los alimentos que engordan; con el dominio bulimia, los pensamientos o preocupaciones acerca de las comidas y las conductas bulímicas, y con el dominio control oral, el autocontrol de ingestas alimentarias y la presión de otras personas para bajar de peso. La puntuación igual o superior a veinte en la sumatoria total de la escala permitió identificar a los estudiantes en riesgo de presentar trastorno del comportamiento alimentario, tal como lo indica la propuesta original del EAT-26.  Esta escala permite identificar tempranamente los desórdenes alimentarios e implementar medidas terapéuticas, previniendo complicaciones físicas, psicológicas e, incluso, la muerte.

Se incluyeron en el estudio 249 (40.6%) estudiantes varones y 363 (59.4%) mujeres. La edad promedio de los participantes fue 20 años y 250 (40.8%) eran adolescentes (menores de veinte años). En cuanto a sus carreras, 330 participantes (53.9%) estudiaban medicina; 64 (10.5%), enfermería, y 218 (35.6%), ciencias químicas y farmacéuticas. De las personas incluidas en el estudio, 121 (19.8%) estaban en sobrepeso y 12 (1.9%) estaban en obesidad. Además, 427 (69.8%) procedían de áreas urbanas, mientras que el resto era de áreas rurales. Se encontró riesgo de trastorno del comportamiento alimentario en 66 (10.8%), preocupación por las dietas 46 (7.5%), conductas bulímicas 37 (6.0%) Excesivo auto control de las ingestas alimenticias 62 (10.1%).

El riesgo de trastorno del comportamiento alimentario, la preocupación por las dietas, las conductas bulímicas y el excesivo autocontrol de las ingestas fueron más frecuentes entre las estudiantes mujeres que entre los estudiantes varones. Riesgo de trastorno del comportamiento alimentario 12.7% vs 8.0%; preocupación por las dietas 9.6% vs 4.4%; conductas bulímicas 6.3% vs 5.6%; excesivo auto control de las ingestas alimenticias 12.1% vs. 7.2%, respectivamente. Resultados coherentes con los encontrados en otros estudios a nivel mundial. Factores propios neurobiológicos, psicológicos y mayor susceptibilidad a influencias o patrones socioculturales se han señalado para explicar la mayor frecuencia de los trastornos del comportamiento alimentario entre las mujeres.

El Grupo de Investigación Salud de la Mujer, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Cartagena, se suma a la iniciativa de la Office on Women's Health, que hace parte del Office of the Assistant Secretary for Health (OASH), una de las instancias del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, con la que se está promoviendo la semana de la concientización sobre los trastornos del comportamiento alimentario (NEDAW-2023, por las iniciales en inglés de National Eating Disorders Awareness Week). La jornada está establecida desde el 27 de febrero hasta el 5 de marzo del 2023. El tema de NEDAW-2023 es C.A.R.E (Continuemos la conversación sobre los trastornos del comportamiento alimentario.  Actuemos temprano. Fortalezcamos la recuperación. Busquemos el fin del ciclo). En consonancia, el Grupo de Investigación Salud de la mujer estimula a los estudiantes y profesionales de la salud, así como a la comunidad en general, a incrementar la conciencia sobre la potencial gravedad de los trastornos del comportamiento alimentario. Se pueden presentar en todas las edades, grupos étnicos, géneros, orientaciones sexuales, contexturas corporales, estados nutricionales y niveles socioeconómicos. Si bien los trastornos del comportamiento alimentarios aparecen con mayor frecuencia durante la adolescencia o en adultos jóvenes, en los últimos años se ha observado un importante aumento entre niños y adultos mayores. Se hace necesario crear espacios para hablar sobre alimentación saludable e imagen corporal. Con la detección temprana y la intervención, es posible alcanzar la recuperación completa de los trastornos del comportamiento alimentario.


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