Cuando el presidente es un CULEBRERO


Introducción: el canto de las sirenas y la psicología de la liberación

  • “¿Sabéis distinguir el aspecto del cielo y no sois capaces de distinguir los signos de los tiempos?” Mt. 16, 2

Nuevamente me subo a la palestra psico-teo-política para abrir el debate, luego del Consejo de Ministros del 7 de abril de 2025. Los invito a reflexionar con cabeza fría sobre las palabras y promesas que emanan desde el poder. Como en la antigua leyenda griega de las sirenas, esas criaturas mitológicas que con sus cantos hechizantes atraían a los marineros hacia las rocas para naufragar, las declaraciones presidenciales parecen seducir con una mezcla de verdades a medias y contradicciones que nos arrastran a un peligroso espejismo ideológico.

En la Odisea de Homero, las sirenas representaban una dulce tentación que ocultaba un destino fatal. Su canto prometía sabiduría y placer, pero conducía a la destrucción. Ulises, consciente de esta trampa, se ató al mástil de su barco y ordenó a su tripulación taparse los oídos con cera para resistir la tentación. De manera similar, necesitamos anclarnos firmemente a la realidad para evitar ser arrastrados por los cantos seductores del poder.

Como señalaba Ignacio Martín-Baró, psicólogo y sacerdote jesuita asesinado en El Salvador en 1989, "la liberación no es simplemente romper las cadenas, sino asumir el control del propio proceso histórico" (Martín-Baró, 1986, p. 12). Desde su perspectiva de la psicología de la liberación, debemos cuestionar no solo las estructuras opresivas tradicionales, sino también los nuevos mesianismos que, en nombre del pueblo, instauran nuevas formas de dominación.

Los sofismas del poder y la colonización psicológica

En el reciente Consejo de Ministros del 7 de abril de 2025, Petro cuestionó que el Caribe, "con tanto sol", no tenga energía eléctrica, y que el Pacífico, con su cordillera y proximidad al mar, carezca de embalses. Este planteamiento constituye un sofisma de generalización apresurada: toma un problema real —la desigualdad en el acceso a energía— y lo simplifica, ignorando las trabas que su propio gobierno ha impuesto a los proyectos renovables.

Según una encuesta de Ser Colombia (2024), el 47% de las empresas que planeaban invertir en energía renovable no lo lograron debido a retrasos en permisos ambientales, consultas previas y falta de certeza jurídica —obstáculos que Petro omite al señalar culpables externos.

Martín-Baró (1983) advertía sobre lo que denominaba "colonización psicológica", ese proceso mediante el cual los poderosos imponen su visión de la realidad como la única válida, naturalizando así las relaciones de dominación. En sus palabras: "La verdad del dominador se convierte en la verdad del dominado, y éste asume como propios los intereses de aquél" (p. 87). Este proceso es evidente cuando Petro logra que sus seguidores repitan acusaciones contra el "neoliberalismo" o "las élites", sin cuestionar la responsabilidad de su propio gobierno en problemas como los subsidios impagos que ascienden a $7,5 billones.

El mesianismo político como forma de alienación

Martín-Baró consideraba que tanto los mesianismos de izquierda como los de derecha comparten una característica fundamental: la instrumentalización del pueblo. "El mesianismo político", escribía, "convierte al pueblo en objeto pasivo de salvación, no en sujeto de su propia historia" (Martín-Baró, 1989, p. 45). En este sentido, el discurso de Petro, al presentarse como el único capaz de enfrentar a las "fuerzas oscuras" del neoliberalismo, reproduce esquemas alienantes que la verdadera psicología de la liberación debe combatir.

Otro ejemplo de sofística presidencial aparece en su crítica a las hidroeléctricas. Mientras lamentaba la ausencia de embalses en regiones lluviosas, olvidó que él mismo ha atacado este modelo energético. En agosto de 2024, afirmó que las hidroeléctricas "ligaron la tarifa de generación eléctrica por agua al gas", acusándolas de especulación. Lo que Petro no menciona es que, según la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME, 2023), la seguridad energética nacional se sostiene gracias al sistema de cargo por confiabilidad, que garantiza oferta estable incluso en crisis hídricas.

Sesgos ideológicos y fatalismo aprendido

El discurso de Petro padece de sesgo de confirmación: selecciona los datos que refuerzan su tesis y omite los que la contradicen. En el Consejo, tanto él como su ministro de Minas, Edwin Palma, atacaron el modelo energético "neoliberal" de los últimos 30 años, ignorando que este ha evitado racionamientos —algo que ningún otro país de la región puede presumir.

El ministro Palma arremetió contra Afinia (filial de EPM), acusando a su propietario indirecto —el alcalde Federico Gutiérrez— de "apagar barrios completos". Sin embargo, omitió que EPM ha invertido $2,7 billones en cuatro años y que las pérdidas se deben tanto a mora estructural como a subsidios no girados por el mismo gobierno (El Colombiano, 2025).

Martín-Baró identificó en América Latina lo que llamó "fatalismo aprendido", esa sensación de que "nada puede cambiar realmente" que se instala en las comunidades tras décadas de promesas incumplidas. Paradójicamente, los líderes populistas aprovechan este fatalismo: primero, para presentarse como la única alternativa real al "sistema corrupto"; luego, cuando fracasan, para culpar a las "fuerzas oscuras" que supuestamente conspiran contra ellos. "El fatalismo", advertía Martín-Baró, "es tanto causa como consecuencia de la opresión social" (1987, p. 153).

Falacias como herramienta de dominación psicosocial

El discurso presidencial está plagado de falacias lógicas que socavan el debate racional:

Falacia del hombre de paja: Petro acusa a las hidroeléctricas de enriquecerse "como narcotraficantes" ("Pablo Escobar palidecería..."), ignorando que la formación de precios en bolsa está regulada por ley. Según Acolgen (2024), las hidroeléctricas aportan cerca del 70% de la generación eléctrica con costos menores y bajas emisiones.

Falsa dicotomía: Al preguntar "¿Cómo es posible que el Caribe con tanto sol no tenga energía?", Petro plantea que solo hay dos opciones: o el sol se desaprovecha, o hay negligencia. Omite los múltiples factores que impiden el avance renovable, como trámites burocráticos e inestabilidad jurídica.

Ad hominem: Al señalar que "el dueño de EPM prácticamente es Fico", el presidente recurre a deslegitimar instituciones técnicas mediante la asociación con su rival político, en lugar de argumentar con datos.

Martín-Baró señalaba que "el control del discurso es una de las formas más eficaces de control social" (1983, p. 142). Cuando el poder logra imponer no solo las respuestas, sino también las preguntas y los términos del debate, se cierra el círculo de la dominación. En este sentido, la verdadera liberación comienza con la "desideologización" del discurso, ese proceso mediante el cual desmantelamos los mecanismos que naturalizan la opresión.

La retórica mesiánica: tejiendo verdades y mentiras

La habilidad de Petro para mezclar verdades con mentiras es lo que lo hace tan peligroso. Es cierto que el Caribe sufre problemas de acceso a energía, pero al presentar estas verdades, las adorna con propuestas inviables, como importar gas desde Panamá "por los cables de energía eléctrica".

Martín-Baró advertía sobre la función social de esta retórica mesiánica: "No se trata simplemente de manipular conciencias, sino de constituir sujetos funcionales al sistema de poder" (1989, p. 98). El mesianismo, tanto de izquierda como de derecha, comparte esta característica fundamental: la construcción de un sujeto despojado de autonomía crítica, que deposita en el líder (y no en la organización colectiva) la esperanza de salvación.

Aquí se aplica lo que Umberto Eco denunció como el "pensamiento mágico en la política" (2015): la idea de que se puede transformar la realidad con palabras performativas, sin sustento técnico ni viabilidad económica. La tragedia es que esta retórica se convierte en política pública, donde la improvisación y la ignorancia técnica se disfrazan de ideología redentora.

Mesianismos de izquierda y derecha: dos caras de la misma moneda

Petro no es un fenómeno aislado. Su narrativa, estética y promesas recuerdan los estilos de Hugo Chávez, Evo Morales o Rafael Correa. Todos ellos comparten el sello discursivo del Foro de São Paulo, esa coalición regional que promueve un modelo de "justicia social" sostenido no por instituciones sólidas sino por el carisma del líder.

Martín-Baró, en su análisis de la psicología política latinoamericana, señalaba que "el mesianismo de izquierda y el de derecha comparten más de lo que sus adherentes están dispuestos a reconocer: ambos despolitizan al pueblo en nombre de la política" (1985, p. 78). En ambos casos, se produce lo que él llamaba "fetichización del poder": el poder deja de ser un medio para transformar la realidad y se convierte en un fin en sí mismo, alimentado por la personalidad del líder.

Como lo expresaba en su obra "Acción e ideología" (1983): "Lo más grave no es que quienes prometen liberar al pueblo terminen oprimiéndolo; lo más grave es que quienes son oprimidos no puedan reconocer la nueva opresión, disfrazada ahora de liberación" (p. 220).

Hacia una verdadera conciencia crítica

A diferencia del mesianismo petrista, una verdadera psicología de la liberación, como la propuesta por Martín-Baró, no busca suplantar las conciencias, sino despertar en cada persona su capacidad crítica. "La liberación", escribía, "no consiste en un acto único, sino en un proceso histórico donde las personas van recobrando su ser y su hacer propios" (1986, p. 34).

No se dejen seducir por los cantos de sirena. Como Ulises, debemos atarnos al mástil de la razón y taparnos los oídos ante las promesas vacías. Petro no es un líder que transforme; es un culebrero que vende elixires ideológicos mientras el país enfrenta deudas energéticas, retrasos en proyectos renovables y una crisis de confianza inversionista.

Martín-Baró nos enseñó que "la verdadera solidaridad empieza por la denuncia de la falsa solidaridad" (1989, p. 65). En este sentido, desenmascarar al mesías político no es traicionar la causa popular, sino defenderla de quienes la instrumentalizan para sus propios fines.

Conclusión: psicología de la liberación frente al mesianismo político

Es comprensible desear un cambio, anhelar justicia social, imaginar un país distinto. Pero el camino a ese país no puede estar pavimentado de mentiras, omisiones y resentimientos. Como advirtió Martín-Baró: "No hay liberación social sin liberación personal, pero tampoco hay liberación personal sin transformación social" (1989, p. 112).

La política no puede ser solo narrativa. Requiere principios, pero también técnica; requiere pasión, pero también límites; requiere visión, pero también verdad. La psicología de la liberación nos enseña que el verdadero cambio social no viene de seguir ciegamente a un líder mesiánico, sino de procesos de concientización colectiva donde las personas se reconocen como sujetos activos de su propia historia.

Cuando el presidente se comporta como un culebrero —hábil para hechizar, pero peligroso para gobernar—, los verdaderos revolucionarios no lo aplauden como focas: lo confrontan con amor a la verdad, a la democracia y al pueblo. Como señalaba Martín-Baró: "El poder que no se cuestiona es el poder que más oprime" (1986, p. 78).

Escuchemos, sí, pero no repitamos. Evaluemos, sí, pero no idealicemos. Y si es preciso, opongámonos, porque a veces, como nos enseñó la psicología de la liberación, la verdadera lealtad es decirle a un líder: así no.

Referencias bibliográficas

Acolgen (2024). Comunicado oficial sobre declaraciones del presidente Petro. Bogotá.

Eco, U. (2015). Número Cero. Editorial Lumen.

El Colombiano (7 de abril de 2025). Fact check: la cascada de mensajes contradictorios de Petro sobre la energía.

Laclau, E. (2005). La razón populista. Fondo de Cultura Económica.

Martín-Baró, I. (1983). Acción e ideología: Psicología social desde Centroamérica. UCA Editores.

Martín-Baró, I. (1985). La desideologización como aporte de la psicología social al desarrollo de la democracia en Latinoamérica. Boletín de AVEPSO, 8(3), 3-9.

Martín-Baró, I. (1986). Hacia una psicología de la liberación. Boletín de Psicología, 22, 219-231.

Martín-Baró, I. (1987). El latino indolente: Carácter ideológico del fatalismo latinoamericano. En M. Montero (Ed.), Psicología política latinoamericana (pp. 135-162). Editorial Panapo.

Martín-Baró, I. (1989). Sistema, grupo y poder: Psicología social desde Centroamérica II. UCA Editores.

Popper, K. (1945). La sociedad abierta y sus enemigos. Routledge.

Ser Colombia (2024). Encuesta de percepción sobre inversión en energías renovables.

UPME (2023). Informe Anual del Sistema Energético Colombiano.

Vargas Llosa, A., Krauze, E. & Montaner, C. A. (2007). El regreso del idiota. Planeta.

Vargas Llosa, M., & Montaner, C. A. (1996). Manual del perfecto idiota latinoamericano. Plaza & Jané.

Zanatta, L. (2019). El populismo jesuita: Perón, Fidel, Chávez, Bergoglio. Taurus.

Abriendo el debate

Preguntas desde la psicología de la liberación:

  1. ¿De qué manera el discurso presidencial evidencia procesos de colonización psicológica, según los términos de Martín-Baró?
  2. ¿Qué efectos produce el uso reiterado de enemigos simbólicos (“neoliberalismo”, “oligarquía”, “el dueño de EPM”) en la conciencia colectiva del pueblo?
  3. ¿Qué diferencia hay entre un liderazgo transformador y uno mesiánico? ¿Cómo identificar cuándo se cruza esa línea?
  4. ¿En qué medida el discurso del presidente refuerza un “fatalismo aprendido”? ¿Qué alternativas ofrece la psicología de la liberación para superar ese fatalismo?
  5. ¿Cómo puede recuperarse el rol activo del ciudadano como sujeto de su propia historia frente a un discurso que lo posiciona como víctima o espectador?

Preguntas desde la teología de la liberación y la Biblia:

  1. El texto menciona la cita bíblica: “¿Sabéis distinguir el aspecto del cielo y no sois capaces de distinguir los signos de los tiempos?” (Mt. 16, 2). ¿Qué implicaciones tiene esta pregunta para el discernimiento político?
  2. ¿Es legítimo comparar el discurso presidencial con el canto de las sirenas? ¿Qué enseñanzas ofrece la historia de Ulises para pensar la responsabilidad ciudadana frente a la seducción política?
  3. ¿De qué manera el mesianismo político sustituye la verdadera esperanza cristiana por una fe ideológica?
  4. ¿Cómo se puede vivir una fe comprometida con la justicia social sin caer en la idolatría del líder?
  5. ¿Qué aportes ofrece la espiritualidad cristiana para resistir la manipulación emocional que ejerce el poder cuando apela al resentimiento y la división?

Preguntas desde el análisis político crítico:

  1. ¿Qué tipo de falacias argumentativas se utilizan en el discurso presidencial, y qué función cumplen en el mantenimiento del poder?
  2. ¿Qué responsabilidad tiene el ciudadano y los medios de comunicación en la reproducción (o desarticulación) del discurso populista?
  3. ¿En qué se parece y en qué se diferencia el estilo discursivo de Petro al de otros líderes latinoamericanos como Chávez, Morales o Correa?
  4. ¿Cómo se puede construir una narrativa política basada en la verdad, la técnica y la participación sin caer en la frialdad tecnocrática?
  5. ¿Qué papel juega la desinformación en la consolidación de un proyecto político personalista? ¿Cómo combatirla desde una perspectiva educativa y cultural?


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