Brevisimas Historias Secretas de Getsemani Colonial 1.


Brevisimas Historias Secretas de Getsemani Colonial 1.

1.GETSEMANÍ: HABITAT DE LOS AMERINDIOS ORIGINARIOS.

 La historia de la isla Gimaní, se remonta desde los lejanos tiempos del siglo X de nuestra era cuando los amerindios originarios de la cultura Caribe, poblaron el territorio de la actual Cartagena de Indias, integrado desde tiempos inmemoriales por las islas de Karmairí, Manga, Chambacú, Codego (hoy Tierrabomba), Barú y por supuesto Gimaní  o Jimaní, nombre que le dieron  los españoles colonizadores, a cambio de su nombre original

Es muy escasa la documentación histórica que existe, en particular sobre este islote durante la época amerindia, en parte porque las fuentes documentales se ocupan de su territorio y pobladores, principalmente, a partir de los siglos XVI y XVII y por el poco interés que la historia tradicional siempre ha mostrado por estas culturas.

De una u otra forma es sabido que la isla o el conjunto de islotes que formaron Getsemaní, mediante la labor humana fueron juntados con rellenos y quedó ubicada entre tres cuerpos de agua: el caño de La Matuna, españolizado con el nombre de san Anastasio, el cual comunicaba la bahía de Las Ánimas, el segundo cuerpo, con la ciénaga del Ahorcado (caño Juan Angola,  de Chambacú o del Cabrero), y en tercer lugar, la actual laguna de san Lázaro en los límites actuales con el barrio Manga.

Sobre este tópico Urueta y Piñeres en su reconocida obra Cartagena y Sus Cercanías (2011), escriben:

Esta plaza…estaba separada por algo. Ese algo no era otra cosa que las aguas de la bahía que se unían directamente a las de la ciénaga de Juan Angola (hoy del Cabrero) y separaban completamente la parte donde estaba el arrabal de Getsemaní, de la principal de la ciudad. Una y otra partes, formadas por varias islas, cuyos estrechos fueron cegándose, se unían por un puente de madera…  (P.39)

De esta suerte los amerindios originarios vivían de, la abundante pesca que brindaron los cuerpos de agua, de las cosechas de árboles frutales, de la agricultura a pequeña escala en las parcelas establecidas en los terrenos arrebatados a los manglares predominantes, labor de supervivencia, practicada con rústicas herramientas como hachas, palas, azadones, cuchillos y otras.

La alfarería, utilitaria, cuyos productos fueron vasos, ollas, platos y similares, fue parte del hacer de esta sociedad estratificada en grupos sociales y en camino hacia la sociedad clasista, proceso interrumpido por la conquista de los peninsulares, al despuntar los primeros años y la cuarta década del siglo XVI.

Con un nivel modesto de desarrollo cultural, si es comparado con la cultura de los taironas de la Sierra Nevada de santa Marta y de los Zenúes de la antigua Provincia Cartagena de Indias, los habitantes originarios del emblemático barrio actual, tuvieron su código moral, sus creencias religiosas, de manera posible en los dioses creadores Melchión y Manexca, al igual que otros pueblos caribes, adoraron los astros, mantuvieron siempre ritos festivos y fúnebres y fueron practicantes de una esmerada estética corporal, reputada  por los cronistas de Indias, de manera especial las mujeres.

Es de colegir, que al igual de los habitantes de la isla principal del archipiélago: Karmairí, los habitantes ancestrales, del hoy barrio Getsemaní, ante la invasión española también huyeron hacia las profundas selvas de ese entonces donde estaban ubicadas otras poblaciones originarias, a orillas de la bahía, o hacia Taragoaco o Turbaco.

 3.GÉNESIS DEL BARRIO COLONIAL GIMANÍ.

3.1. La expansión urbana desde Karmairí hasta Getsemaní.

Consolidado en gran parte el proceso de colonización y urbanización española de la antigua isla Karmairí, la ahora muy “noble y muy leal” ciudad Cartagena de Indias, empezó su proceso de expansión hacia la isla Gimaní, la cual fue en un primer momento propiedad del conquistador Rodrigo Durán, cuya hueste invasora se unió en noviembre de 1534,  y alternó con la del también sanguinario Pedro de Heredia Fernández.

Fallecido Durán, la isla fue heredada por su viuda Beatriz de Cogollos quien la vendió al deán de la catedral Juan Pérez Materano no sin antes donar a la Orden de los franciscanos el solar donde habría de construirse el convento e iglesia de la comunidad, puesto bajo la advocación de Nuestra Señora de Loreto; fue este sacerdote, quien cambió el nombre amerindio de la isla por el de Jimaní o Gimaní.

La expansión urbana hacia Getsemaní se vio favorecida por la construcción de un puente en los años 1539-1540, el cual unió las islas de Karmairí y Getsemaní; 15 años después se funda el convento de san Francisco y al terminar la administración del gobernador Pedro Fernández del Busto en 1586, ya la ciudad contaba con el matadero de ganado, construido sobre un solar del creciente barrio.

El puente, una vez construido el convento (1555) toma el nombre de este, desde entonces, hasta desaparecer a la par del caño san Anastasio, varios siglos después.  Sobre el puente, cuya cabecera está señalizada en la base de la actual torre del reloj ; es el historiador Rodolfo Segovia quien hace una breve descripción de la calzada:

“Ciudad isleña, Cartagena debía, recién fundada, saltar por entre los manglares para llegar al futuro arrabal y desde allí al continente. Hacia 1540 existía ya una calzada “massisa” con dos “ojos” para que por debajo discurriera mansamente el caño de san Anastasio, hoy enjaulado en la Matuna por dos grandes cañerías subterráneas. Por el momento no existía puerta (boca del puente) pues la calzada desembocaba libremente sobre la que se llamaría la plaza de La Yerba”(P. 135)...

“Sólo cuando se concluye el cerramiento de Calamarí en 1631, adquiere Cartagena una puerta principal... Contra su angosta bóveda descansaba el puente” …Militarmente la opacaba la vital puerta de la Media Luna, mucho más expuesta y mejor defendida” (P.135). Esta, desde Getsemaní, también protegía la ciudad de los ataques provenientes de tierra firme. Sólo en 1657 se construirá el castillo san Felipe de Barajas, el fuerte que fortalecerá la defensa de la plaza desde el camino real, hoy barrios Pie del Cerro y Pie de La Popa”.(P.135)

En la continuidad de este proceso escritural, sobre el poblamiento y urbanización de la isla Getsemaní permitamos que sea Enrique Marco Dorta quien explique los hechos más sobresalientes de la génesis en desarrollo teórico:

“A principios del sigloXVII, la población de Cartagena comenzó a extenderse fuera de los límites del primitivo recinto cercado que resultaba insuficiente para contenerla. La ciudad encontró en la isla de Getsemaní, que había comenzado a poblarse en los últimos lustros del siglo anterior poco después de haber construido su casa en ella los frailes de san Francisco.

…En 1597 estaban trazadas algunas calles y delimitados algunos solares, aunque la mayor parte de estos permanecían sin edificar.20 años más tarde (1617) ya estaba el arrabal muy poblado y surgió el problema si sería conveniente desmantelarlo o cercarlo con murallas como las que se construían en el núcleo principal de la ciudad”. (P.P.136,137,138)

14 años después se dirimió la discusión entre funcionarios de la corona, del Consejo, gobernadores y autoridades locales. La decisión fue la de realizar la fortificación, tarea que fue encomendada al gobernador, maestre de campo, Francisco de Murga, quien con un experimentado equipo de trabajo de libres y esclavizados sacó adelante las defensas del barrio, no sólo contra los enemigos de la corona, sino también contra los practicantes del comercio ilegal de mercancías.

Marco Dorta continúa narrando que:

“En 1631 se iban haciendo sus murallas y sus baluartes.En esa fecha estaba construido  un baluarte en la esquina de Getsemaní (llamado actualmente El Reducto y se estaba haciendo el de La Media Luna que defendía  la entrada del recinto del arrabal por la parte de tierra firme(P.138).

Por la otra parte de la isla, frente a la ciudad no convenía hacer muralla, sino simple parapeto-con sus travesillos- que le limpien y sustenten y sólo sirva de cerrar, sin que pueda ser de provecho al enemigo contra la ciudad, caso que fuese señor de la isla.En1633 quedó terminado el trozo de muralla de Getsemaní-hoy desaparecido- que bordeaba la bahía con gran sentimiento de los vecinos que hasta entonces introducían por allí las mercaderías de contrabando.

…En 1633… E l fuerte de La Media Luna estaba acabado con muy buena escarpa con su camisa de artillería… La única entrada al recinto amurallado de Getsemaní, por la parte opuesta a la ciudad era la puerta de la media luna, camino de tierra firme y por donde se reciben los bastimentos. A ambos lados de  la estrecha puerta daban acceso a un baluarte defendido por catorce piezas de artillería. Pasado el pasillo se encontraba un foso sobre el cual había un puente levadizo, luego otro baluarte también con foso y pasada la terraza, un tercer foso completaba el sistema defensivo. (P.139).

Así quedó el primitivo arrabal de Getsemaní, incorporado al núcleo urbano de Cartagena y defendido también por murallas y baluartes. Una calzada cortada por un foso con puente levadizo, lo ponía en comunicación con la puerta de san Francisco, entrada al recinto de la ciudad, conocida con el nombre más popular de Puerta del Puente…

3.2. La formación del viario y las calles.

3. 2.1. la calle san Francisco, de la Media Luna, y la calle Larga: espacios fundacionales.

Marco concluye que en la “Relación del sitio de Getsemaní de 1619… del Ingeniero Cristóbal de Roda… se deduce que desde la salida del puente hasta la puerta de la Media Luna lo cruzaba una calle principal, que de ahí tomó el nombre que todavía conserva. En esa calle estaban casi todas las casas de mampostería del barrio; las restantes eran modestas viviendas de bahareques y de tablas, habitadas por gentes de humilde condición. (P.140).

A más de la descripción anterior, Bossa en su Nomenclator Cartagenero afirma que hasta los primeros lustros del siglo XIX, aún bajo la dominación española se conocía con el nombre de calle san Francisco a la vía que va desde el antiguo convento hasta la calle de La Sierpe, y que hasta el revellín, es posible, que todo el sector tuviese el nombre del santo; sin embargo, Marco, en su libro ya referenciado es claro sobre el nombre de la calle de la Media Luna.

La Media Luna y   el sector adyacente al convento de los franciscanos se convirtieron en las calles más antiguas del creciente barrio; esta última. por ser la más extensa del sector con 485.1metros recibió el nombre de Calle Larga.

 Su formación fue jalonada por la residencia de los frailes, quienes optaron por arrendar algunas viviendas construidas en sus predios; ante las dificultades de pago de los arrendatarios procedieron a la venta de casas y solares, lo cual motivó la extensión de la calle, la cual con el correr de los años alcanzaría los límites hoy conocidos.

De igual manera, la calle Larga con las casas, cuyos patios daban a la bahía originó la calle del Arsenal, en cuya formación intervinieron diversos factores; el getsemanicense.com en la edición del 25 de enero del 2022, en el ensayo: “La calle del Mercado” explica lo siguiente:

“Surgió de la expansión de los predios de la calle Larga hacia esta: la parte trasera de esos predios daba contra la bahía y a los patios llegaba el agua tranquila de Las ánimas. “Báteles el mar la espalda” decía de todos ellos un conteo de predios y vecinos de 1620; de los 167 solares identificados 25 eran la parte trasera de los predios de la calle Larga que son el origen del Arsenal.

Allí nacieron los callejones como sitio de paso, desde el barrio a la bahía que fue ganando más y más presencia como lugar de reparación de embarcaciones y luego como sede del Apostadero de la Marina”. (Calle del Arsenal. Consultado julio 29.2023.).

En medio de los avatares de los siglos XVII y XVIII el urbanismo de Getsemaní fue creciente: sus calles emblemáticas fueron poblándose, y organizándose sus vecinos de diferentes formas se convirtieron en propietarios y trabajadores de variados negocios que van desde pequeñas ganaderías, pulperías, herrerías, pescaderías carpinterías y demás trabajos artesanales.

3.2. 2.La iglesia católica expande el poder y la caridad cristiana.

La iglesia católica continuó su expansión después de la construcción del convento e iglesia san Francisco (1555), y en 1603 fue construido el hospital del Espíritu Santo, y con él la ermita de san Roque; en 1644 en el centro del barrio fue construida la iglesia de la Santísima Trinidad; se construiría también la capilla de la Veracruz (1606) y de la Orden Tercera (1757): la de los laicos consagrados, en conjunción con la orden primera: la de los frailes y la segunda , la de las monjas clarisas.

De acuerdo con la concepción católica sobre la caridad, en una ciudad donde los hospitales estaban hechos para los hombres, el año 1640 0 1650 fue fundada la llamada Obra Pía para atender a las mujeres enfermas, obra, que fue gestionada y dirigida por los obispos de Cartagena. En el primero de los años el obispo fue Fray Cristóbal Pérez de Lazárraga; en 1650 el obispado estuvo bajo la dirección del Dr. canónigo Francisco Rodríguez de Cepeda.

Daniel Maravel Romero en la tesis de grado: Restauración arquitectónica del inmueble:” La Obra Pía” Getsemaní …   presenta la cronología de la referenciada obra.

1640:

Fundación del hospital para mujeres “la obra Pía” de la caridad de nuestro Señor Jesucristo”; legado de María Arias Cabeza de Vaca.

1690.

El edificio   sufre su primera mutilación perdiendo el patio lateral izquierdo, el cual se dona para la construcción de una nueva casa.

1778. Se añade al edificio, una “cuna” posterior para niños expósitos (abandonados) por orden del obispo Fray José Fernández Díaz de Lamadrid.

Con el paso de los años, el edificio construido sobre la calle de la Media Luna tendrá diferentes usos:1895: convento de las hermanas franciscanas: 1902, cuartel militar;1910 Colegio Lourdes;1960 Liceo Nacional femenino Soledad Acosta de Samper (P.42).

 Después de ser desocupado el edificio por la institución educativa, quedó abandonado por largos años, hasta ser restaurado y convertido en un hotel de lujo.

3.2.3. El viario fortalecido.

El viario también se fortaleció y los solares desocupados fueron poblándose y así, entre otras, surgieron las emblemáticas calles de Guerrero san Juan, san Antonio, El Pozo, La Sierpe, Lomba y pare de nombrar; sin embargo, con todo esto, Getsemaní terminó de poblarse sólo a fines del siglo XIX, de acuerdo con el juicio de Donaldo Bossa en su Nomenclator cartagenero

PD.Imágen tomada de eluniversal.com

Con los afectos de siempre:

UBALDO JOSÉ ELLES QUINTANA.

 


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