4.LA CONDICIÓN SOCIALY ECONÓMICA DE LOS POBLADORES DE GETSEMANÍ COLONIAL.
4. 1. Getsemaní: Barrio popular de casas accesorias y pasajes.
Desde sus inicios: fines del siglo XVI y comienzos del siglo XVII Getsemaní se perfiló como un barrio de corte popular predominante, en el cual las escasas casas altas, y las mayoritarias, muy abundantes casas bajas de cal y canto, unas y de tablas y bahareque otras, compartían con bohíos , muchos solares y el predominio de las llamadas accesorias o asesorias, típicas del barrio; estas son habitadas por dos o más familias, bajo una misma cubierta pero con separaciones para cada familia y un patio común.
El getsemanicense.com en la edición del 17 de mayo de 2019, en el ensayo: “Un Recorrido arquitectónico por Getsemaní”, explica lo siguiente:
“El reparto de solares, también, dio origen al tipo de construcción más extendida y propia de Getsemaní: las casas accesorias. Donde quiera que se mire el barrio hay este esquema: puerta-ventana; puerta -ventana; puerta ventana, etc. A veces hasta cinco o seis, todas protegidas por la misma estructura del techo. Se trataba de espacios muy sencillos. En términos de hoy: una pequeña sala adelante y un cuarto atrás que daba acceso a un patio común para todos, donde podían tener sus elementos y ejercer su labor…
Esas accesorias pertenecían por lo común a un solo dueño que las construía bajo ese esquema para arrendarle cada espacio y de manera temporal a los marineros que debían quedarse en tierra por meses y buscaban el sustento con algún oficio que supieran hacer. También algunos artesanos solos podían vivir allí”.
Otra manera de organizar las viviendas, que surgió desde la colonia y se fortaleció con la compra de centros de manzanas por parte de particulares, fueron los “pasajes o vecindades”, con patios a manera de las corralas de Madrid o Sevilla. El actual pasaje Spat o Mebarak en la calle de Guerrero es un ejemplo: casas de familia volcadas alrededor de un espacio verde común.
En fin, de acuerdo con la web referenciada, otra forma de organización de vivienda fueron los patios; de igual forma la existencia de la muralla fue otro factor importante en este tópico; guardar la lejanía prudente de las fortificaciones fue regla general y el mejor ejemplo de este es el de la avenida Pedregal.
4.2. Estructura urbana de Getsemaní y la “Relación” de Cristóbal de Roda en 1620.
Una visión integral de este complejo habitacional que fue Getsemaní en el año 1620 lo trae “La Relación” del Ingeniero Cristóbal de Roda sobre el arrabal; la descripción es la siguiente:
Casas altas de mampostería:10(6.5%). /Casas bajas mampostería:10(6.5%). /Casas bajas de tablas:10(9.0%). /Casas bajas de bahareque:(2.6%). /Casas otros tipos: 17. (11:0%). Solares. Unid bahareque: 17 (11.0%). /Solares con buhíos: 19(12.3%). / Solares casas de tablas:5 (3.2%)./. Solares con casas de palmas: 6. (3.9%). /Solares con otras unidades: 8(5.2%). /Solares por edificar: 3(1.9%). /Solares sin mención de unidades:42 (27.1%). (Tomado de El arrabal de Getsemaní de Cartagena de Indias. Eduardo Valencia Villa. (2022). Historia digital. Consultado julio 29.2023).
De acuerdo con el autor arriba citado, Getsemaní en el siglo XVIII no mostraba un crecimiento importante frente al índice de 1620, e incluso no estaba poblado de manera total a fines del siglo XIX, tal como ya se afirmó.
Es en el corazón de esta estructura urbana, de esta organización social, donde se ubican las gentes de Getsemaní, con sus vivencias económicas, sociales, políticas y culturales, con su profunda división de clases sociales donde los pobres y marginados representan la mayoría de ellas.
4.3. Getsemaní: tierra cosmopolita y de trabajadores incansables.
La Enciclopedia Banrepcultural explica en este sentido, lo siguiente:
Durante el siglo XVII (Getsemaní) pasó de ser un suburbio… habitado por personas marginadas al poder español, a formar parte de la actividad comercial. Con una estratégica posición…Era un barrio con población heterogénea donde fácilmente convivían indios rezagados (¿??), negros ladinos, judíos, portugueses, españoles de poco poder, esclavos de servidumbre, y otros habitantes con profesiones liberales, y de menor escala como los artesanos.
Lentamente al barrio se fueron agregando negros holandeses, ingleses y portugueses, al ser Cartagena un punto intermedio entre Jamaica, Panamá y Las Antillas.
Esclavos no legalizados y comerciantes, carpinteros, albañiles, marineros, pescadores, sastres, zapateros, labradores, talabarteros, boticarios, herreros, mayordomos, soldados, armeros, calafateros, cargadores de mercancías(braceros) entre muchos otros, hacían, también, parte del barrio, tal y como es posible encontrarlo en el censo realizado en 1777. (Consultado julio 29.2023).
4.4. Las mujeres también hacen la historia.
A estos sectores se agrega la presencia de las mujeres como curanderas, parteras, arrendadoras de accesorias, vendedoras de dulces, frutas, vinos, cazabe, tabaco, algunas en su condición de libres y otras esclavizadas, quienes completaban la cuota diaria para sus amos, vendiendo el cuerpo, en contra de las normas establecidas, pero con la aceptación de las élites y de los amos y amas.
Sin embargo, además de su condición de mujeres trabajadoras, las esclavizadas y libres bien fueran llegadas de África o nacidas en la ciudad, se caracterizaron por su espíritu solidario con aquellos blancos aventureros españoles “venidos a menos” por enfermedad o falta de recursos económicos.
De una u otra manera los restablecían hasta cuando aquellos desvalidos podían tomar “su propio destino” y muy pocas se casaban con ellos, como lo testimonian Jorge Juan y Antonio Ulloa en sus “Noticias sobre la América Meridional”, producto de sus vivencias en Cartagena en la cuarta década del siglo XVIII.
La historiadora cartagenera María Teresa Ripoll, interesada también en visibilizar la presencia de la mujer en la historia de Cartagena describe una serie de episodios vividos por mujeres trabajadoras de diferentes oficios, en diferentes barrios de la ciudad colonial, las cuales fueron invisibilizadas por el censo global de 1777 y el censo de artesanos en 1780; para saber más invitamos a los lectores y lectoras interesadas consultar el ensayo: “Así era la vida cotidiana en Getsemaní a fines del siglo XVIII”; para la lectura utilicen la página e electrónica: contextomedio.com
4.5. El arsenal y el Apostadero de la Marina: mayor complejidad social.
El complejo mosaico social de Getsemaní se creció con la formación de la calle del Arsenal y la creación del Apostadero de la Marina, en esta, tal como lo narra el getsemanicense.com, citado de manera textual y contextual:
“Aquello…El Arsenal… era un playón natural en una bahía de aguas tranquilas. La llegada de los galeones y las embarcaciones con productos de todo el litoral, las islas y los ríos pronto le dio un gran dinamismo. Se convirtió en el sitio usual donde se reparaban y hacían mantenimientos a los navíos, a los que también se les surtía de agua (desde la calle de La Aguada) y víveres. La conexión trasera con el mar dio pie a muchas bodegas que iban de la Calle Larga hasta El Arsenal. En este se recibían las mercancías y en la primera se vendían al público”.
“Con el paso de los años el Cabildo de la ciudad autorizó a los carpinteros de rivera a arrojar al aserrín y los desechos de madera, lo cual amplió la playa que fue utilizada para construir los tendales de reparación y mantenimiento”…
La construcción del Apostadero de La Marina-continúa el getsemanicense.com- determinó “que esa vocación original del lugar para reparar naves se formalizó cuando se creó el Apostadero de la Marina; este, al igual que otros en su género en algunos puertos de Nuestra América, tenían bajo su jurisdicción extensas zonas costeras para prevenir y combatir el contrabando y rechazar la presencia de extranjeros. Para cumplir su misión estaban dotados de escuadras navales.
Además de estas funciones, los apostaderos servían para reparar y construir embarcaciones y finalmente, en nuestro caso servían de arsenales, es escribir, de sitios de almacenamiento de los pertrechos necesarios para el avío de los barcos y el reclutamiento de marineros “según una descripción concisa del profesor Sergio Paolo Solano”. (Consultado julio 31.2023)…
“Todo ello contribuyó a que mediados de los años 1700 en el Apostadero se encontraba el mayor número de trabajadores (tales como carpinteros de ribera, herreros calafateros, aguateros, etc.) y un selecto número de artesanos especializados en diversos oficios; algunos tenían formación militar y una posición social diferente a los asalariados y demás pobres del barrio, y hacían parte de las milicias populares, encargadas de la defensa de la ciudad frente al enemigo externo”.
El getsemanicense concluye así:
“Allí algunos maestros artesanos alcanzaron ciertos privilegios, tales como una demanda, hasta cierto punto continua de trabajo: contratos de asentistas, mejores ingresos salariales y el orgullo y la prestancia que les daba el saber que, en buena medida, las defensas de Cartagena dependían de sus labores y destrezas, describe el profesor Solano”. (Consultado julio 31.2023).
4 .6. Getsemaní y el censo de Cartagena de Indias en 1777.Sin muchos dons(dones) y con pocas dueñas
En 1777, cuando Cartagena realiza el censo de población de ese año, Getsemaní era el barrio con mayor número de habitantes de la ciudad con 4.075 personas que representaban el 29.8% de los pobladores de la urbe y quienes ocupaban 22 manzanas. Cartagena, en ese año contaba con 13.690. habitantes, ocupantes de 71 manzanas en sus cinco barrios.
De acuerdo con el análisis del censo referenciado, realizado por el historiador y economista Adolfo Meisel, Getsemaní fue el barrio que a menor cantidad de personas se le daba el título de don o de doña, es escribir, de “personas importantes, “independiente de su condición racial, y corroborando el título de barrio popular de Getsemaní como se aprecia a continuación:
Getsemaní:1.5%
San Sebastián:27.2%
Santo Toribio:7.4%.
(Tomado de Tres siglos de historia demográfica de Cartagena de Indias. Adolfo Meisel.María Aguilera.Banrep.gov.co P.44.)
4.7. UNA SINTESIS MAGISTRAL DE GETSEMANÍ EN EL SIGLO XVIII.
A modo de gran síntesis magistral sobre la condición social y económica de Getsemaní a fines del siglo XVIII, a continuación, se presenta partes del ensayo de la historiadora cartagenera María Teresa Ripoll: “Así era la vida cotidiana de Getsemaní en el siglo XVIII”:
“En Getsemaní vivía más de la mitad de los trabajadores libres y no libres de la población, la mayoría de ellos con trabajos relacionados con el puerto. De los 125 hombres cuyo oficio se define como “Hombres de la mar”, 99 vivían en Getsemaní. También había muchas pulperías-tiendas-, en la zona del terraplén que comunicaba al arrabal con el centro de la ciudad. En Getsemaní vivía el músculo que ponía en movimiento la vida cotidiana de esta urbe”.(contextomedia.com. Consultado agosto 05 .2023).
5.LAS PLAZAS DE GETSEMANÍ: VECINDAD Y REBELDÍA.
Tres, son las plazas icónicas de Getsemaní, construidas durante la época colonial, supervivientes hasta nuestros días del 2023, surgidas en el proceso de satisfacer diferentes necesidades de la comunidad getsemanicense.
Son estas las siguientes:
Plaza de san Francisco:1555.
Plaza de la Santísima Trinidad: 1644.
Plaza del Pozo.1777.
Los espacios mencionados fueron el centro de reunión de la vecindad, para compartir opiniones, noticias nuevas, recreaciones, festividades y demás actividades relacionadas; sin embargo, su significación más trascendental es el hecho de ser los lugares de convergencia de las masas populares revolucionarias que el 11 de noviembre de 1811 jalonaron el proceso independentista, y su presión obligó a la junta de gobierno de la ciudad a declarar la independencia absoluta. Continuará...
P.D. Imágen tomada de eluniversal.com.co