En Las Casas de Cartón No Basta Rezar: Alí Primera y Los Guaraguao.
(Primera Parte.)
Fue en la fecha histórica de 1973 cuando en mi mundo imaginario me encontré con las canciones reales de Alí Primera y Los Guaraguao, vocablo amerindio que identifica el halcón andino.
El escenario era el más propicio para el momento: La Universidad del Atlántico en su sede de la carrera 41 Y 43 con calles 50 y 51 de Barranquilla a la cual asistían los artistas venezolanos a presentar su disco anual, luego de cumplir una exitosa gira por Latinoamérica entera.
Esa tarde de febrero, llena de magia por la brisa que subía del Magdalena, y en la bien elaborada tarima, preparada para la presentación, bajo árboles de acacias y matarratones, esos que inspiraron a Esthercita Forero para cantarle a su Barranquilla de siempre, empezó a sonar “la canción necesaria”, como la llamó Alí o la canción social de protesta, si así lo prefieren… esa que dice así:
Que triste se oye la lluvia,
en los techos de cartón,
que triste vive mi gente,
en las casas de cartón…
Alí Primera, el insigne luchador social por los humildes de Venezuela y el mundo, en esos momentos, era uno de los personajes más sobresalientes de la naciente canción social latinoamericana, que pronto correría el mundo hecho Tierra en sus cuatro puntos cardinales, dado sus contenidos extraordinarios.
Los Guaraguao constituían otro de los sobresalientes grupos musicales de la región, cuyas canciones cautivaban a nosotros los jóvenes universitarios de ésta Nuestra América, como la llamó José Martí.
Las canciones compuestas e interpretadas por él y Los Guaraguao reflejaban las realidades de una región plagada (hasta hoy) de injusticias, hambre, explotación y dependencia neocolonial frente a los Estados Unidos de América, pero eran también los reflejos y las voces de las luchas de los sectores de vanguardia, como el estudiantil, los explotados del campo: los asalariados, los arrendatarios y dueños de parcelas y los campesinos sin tierra , los obreros de las ciudades las clases medias emergentes en un parto doloroso en extremo.
…Viene bajando el obrero,
casi arrastrando sus pasos,
por el peso del sufrir.
Mira que mucho ha sufrido,
mira que pesa el sufrir…
La Universidad del Atlántico, y de manera especial, la facultad de Ciencias de la Educación era en ese entonces, como la casi totalidad de las universidades públicas de Colombia, uno de los bastiones más importantes del movimiento estudiantil nacional.
Los estudiantes colombianos organizados durante los años 60 y 70 del siglo pasado vivieron una de sus décadas más importantes del siglo XX, no sin antes en 1957 , servir de punta de lanza al movimiento político que la dirigencia liberal-conservadora organizó para derrocar al dictador militar Gustavo Rojas Pinilla, para luego instaurar el nefasto Frente Nacional:1958-1974.
Mientras, Alí y Los Guaraguao continuaban:
Niños color de mi tierra,
con sus mismas cicatrices,
millonarios en lombrices,
y por eso, que triste viven los niños,
en las casas de cartón…
Las décadas de los años 60 y 70, fueron en extremo convulsionadas: los movimientos sociales liderados por los estudiantes, los intelectuales de clase media, los campesinos y los obreros, tenían importantes hitos inspiradores:
La Revolución cubana del año 59.
El Movimiento revolucionario de los estudiantes y obreros de Francia en 1968.
El triunfo del socialista Salvador Allende en 1970 en Chile y el posterior derrocamiento de este por el golpe de Estado del general Augusto Pinochet.
El triunfo del pueblo de Vietnam, frente al imperialismo norteamericano en 1975.
Los movimientos de liberación nacional de los pueblos de Asia y África y
Las en extremo difíciles condiciones políticas, económicas, sociales y culturales dela época.
De esta suerte, los estudiantes colombianos izamos las banderas de lucha con sus franjas de colores, aún vivas hasta el presente, como son :
La autonomía de la universidad pública.
El cogobierno universitario.
La defensa de la educación pública, y
la libertad de cátedra, entre otras.
Por ello, la canción social se fortalecía, cobraba nuevos bríos, Alí y Los Guaraguao se encargaban de ello:
Así una vez, concluyeron las notas de “las Casas de Cartón”, mis buenos amigos Álvaro Vergara y Ubaldo Pombo organizadores del acto, me invitaron a presentar esta inolvidable canción:
Que vivan los estudiantes,
jardín de nuestra alegría,
son aves que no se asustan,
de animal ni policía,
y no les asustan las balas,
ni el ladrar de las jaurías.
Caramba y zamba la cosa
que viva la astronomía!
El aplauso de todos nosotros los asistentes fue por demás jubiloso; mis palabras de presentación de la canción me valieron un estrecho abrazo del maestro Alí y de los integrantes de Los Guaraguao, quienes continuaban sin parar:
…Me gustan los estudiantes, porque son la levadura
del pan que saldrá del horno con toda su sabrosura,
para la boca del pobre, que come con amargura.
Caramba, y zamba la cosa, viva la literatura!
Hoy, en estos días nublados de abril del 2015, a 42 años de distancia, duele reconocer que el número de casas de cartón en Venezuela y Caracas su capital, Colombia y Bogotá y en especial en Cartagena de Indias continúa creciendo… y la lluvia que ahora cae sobre sus techos es más triste, pues las granizadas y los vendavales, ahora más frecuentes del cambio climático, en el interior y en la región Caribe, los destruyen aumentando el desarraigo, la pobreza y la indigencia.
Duele mucho reconocer los elevados índices de carencia de vivienda de los cartageneros humildes a la par del déficit cualitativo de estas, quiero escribir: la falta de condiciones dignas para habitarlas.
De esta forma lo anterior de manera inexorable conduce a reconocer el sabio adagio chino:
“Tener casa no es riqueza,
No tenerla, es mucha pobreza”.
Duele demasiado reconocer que el movimiento estudiantil sigue poniendo sus víctimas en el mundo y en especial en América Latina representada en Méjico, Venezuela y Colombia, donde la muerte y desaparición de jóvenes se repite a menudo.
Sin embargo más dolorosa es aún la muerte de más de 147 estudiantes de la Universidad de Garissa en Kenia, África sucedida este 1 de abril, producto del vil ataque perpetrado por terroristas de Somalia, de acuerdo con las fuentes de información.
Sin embargo, ante la muerte, la represión, las desapariciones, el olvido y demás lacras de la sociedad injusta que nos toca vivir, Los Guaraguao continúan cantando y los estudiantes actuando:
Me gustan los estudiantes,
porque levantan el pecho,
cuando le dicen harina,
sabiendo que son afrecho.
Caramba y zamba la cosa…
El código del derecho.
En el intermedio obligado del evento logré conversar con Alí, en torno al contenido de sus canciones y las de Los Guaraguao, al igual que sobre las luchas de los estudiantes; su convicción fue sincera y bien arraigada: “En las casas de cartón no basta con rezar, hacen falta muchas cosas para conseguir la paz”!
Sin embargo el diálogo fue interrumpido, porque Los Guaraguao iniciaron precisamente este tema: “No Basta Rezar”. CONTINUARÁ…