MANGA: Puente Jiménez (8). Microhistorias sociales.
1.VIEJO, MI QUERIDO PUENTE.
En el ámbito de las crónicas sobre microhistorias sociales de los puentes cartageneros,
el viaducto Dionisio Jiménez de Manga trae a mis recuerdos la canción “Mi Viejo” del inolvidable Piero:
Viejo, mi querido viejo, ahora
ya caminas lerdo,
como perdonando el tiempo.
De verdad, que así es nuestro puente, con una antigüedad que supera, es posible, los 110 años, hoy su estructura está vencida por el paso del tiempo, por el uso y el abuso…por la desidia histórica del Estado y sus agentes locales hasta el pasado 2023.
Colmatado con toda clase de inmundicias, que a su lecho arrojan los usuarios del mercado Bazurto desde 1978 y otros agentes más, el caño de este nombre, al cual llamaron primero de Gracia y después ciénaga de Las Quintas, acaricia la parte inferior(oculta) del tablero, quiero escribir, (con el perdón de los ingenieros), la de la extensión que salva el cuerpo de agua, imposibilitando el paso hasta de un canoero contemporáneo, avezado conductor de esa frágil, pero valiosa embarcación, invento de nuestros originarios amerindios de la lengua Karib.
Las afirmaciones hechas con anterioridad no son ficciones; es la cruda realidad generada por el proceso referenciado y el cambio climático responsable del aumento del nivel del mar, fenómenos que amenazan la vida y la habitabilidad de extensas zonas de la Tierra, entre estas la de nuestros barrios Manga, Pie de La Popa,Bocagrande,Castillo, el populoso barrio Chino, sin olvidar las comunidades de las zonas litoral e insular.
Por ello, hoy, con mis familiares Herrera Zárate (Doris mi esposa, y César mi cuñado), traigo del pasado al incierto presente, cuando en aquellos tiempos, finales de la década del 50 del siglo pasado, ella entraba en pánico al caminar por el puente Jiménez, por la relativa altura que mediaba entre la estructura del paso elevado y el nivel de agua de la también llamada ciénaga.
Entonces, la nostalgia aflora con los recuerdos de aquellos tiempos que el viento se llevó, cuando juntos navegaban en una frágil canoa, y él se ponía de pie, pasando sin rozar la altura del puente a pesar de sus 180 centímetros de estatura; en esos lejanos días era frecuente para ellos, realizar un extenso periplo que partía en la bahía, de las instalaciones de la antigua Compañía Colombiana de tabaco, pasaba por los puentes Bazurto, Jiménez, Las Palmas, Román, para llegar al punto de partida luego de atravesar la histórica bahía de Cartagena.
La belleza del paisaje saltaba a la vista, el diáfano color del mar y sus cuerpos internos eran notables, la pesca muy rica aun cuando el manglar no era tan abundante como en nuestros días; hoy todo esto son historias del pasado
Hoy a través del símil con la canción del cantautor colombo-argentino, en el viejo puente los múltiples transeúntes, en un estrecho andén caminan con una lentitud pasmosa, y más aún lo hacen los miles de automotores, que a diario atraviesan su tendido, unos livianos y otros pesados que desafían las prohibiciones vigentes, sin que medie la intervención de la autoridad, hasta cuando sobrevenga la desgracia con el desplome anunciado por los expertos, no lo quiera nuestro Dios.
2.EL VIEJO PUENTE: EL TIEMPO DE UNA CIUDAD, DE UNA COMUNIDAD.
Si a manera de introducción hacemos el ejercicio matemático de la controvertida cronología de Cartagena de Indias, partimos de la fecha de 1574 cuando el rey Felipe II le otorgó el título de ciudad, en nuestro día la urbe tiene 450 años de ser fundada, equivalente a los años de destrucción de muestra aldea Karmairí y las de sus cercanías, en la antigua provincia colonial.
Lo anterior para afirmar que la cronología del puente Jiménez, es también controvertida, si nos atenemos a las redes sociales, por una parte, y por otra a los documentos oficiales en los siguientes sentidos:
En una valiosa fotografía del puente, que aparece en la extraordinaria página facebooks.com/cartagenadeindiasfotosdeantaño, aparece unas fotografías del puente, en cuyos pies aparece la inscripción Jaro Pitro Foto archivo; pero además de su magnífico contenido, es interesante el respetable. comentario que hacen los señores Frontier Ray y Alfredo Pineda, de manera respectiva:
“Este es el puente original construido por mi bisabuelo Dionisio Jiménez Gómez en 1899, cuando inició el proyecto de urbanizar su isla”.
Alfredo Pineda, por su parte afirma: “yo nací en el 42 y me acuerdo de este puente de madera por allá en los años 48-50”.
Entonces la cuestión queda planteada de la manera siguiente:
Si el general Dionisio Jiménez adquirió la mayor parte de la isla de Manga mediante compra que hizo al señor Manel Gómez Cásseres y la señora Aminta Grave de Gómez, como lo certifica la escritura # 5 de enero nueve de 1904, debidamente registrada; ¿Como pudo construir el puente en una zona que todavía no era de su propiedad?
De manera muy respetuosa, aplicando la lógica histórica debo escribir que la construcción es posterior al año 1905, después de construido el puente Román, que todavía comunica a Manga con el centro histórico(Getsemaní) levantados ambos después del colonial puentecillo San Lázaro que en los tiempos republicanos adoptó el nombre de Las Palmas; ello sin olvidar que el puente Bazurto fue construido para salvar el caño de su nombre, abriendo paso al ferrocarril Cartagena -Calamar hasta las dependencias del antiguo Terminal marítimo y fluvial, hoy Sociedad portuaria.
En consecuencia, en mi respetuoso juicio hay dos situaciones que no presentan dudas: la primera es que la construcción del puente Jiménez se dio después de 1905, cuando ya el general Jiménez era el propietario de la isla; la segunda situación es la referida a los materiales predominantes en la construcción del viaducto, y el hecho es, que la primera construcción del puente se dio en madera, al igual que otros de Cartagena y Manga.
Después se edificó en concreto como se aprecia en nuestros días; más sin comprometer fecha alguna, en una de las desvencijadas barandas actuales, figura una borrosa placa con la siguiente inscripción: Puente Dionisio Jiménez 1948; tal vez la intencionalidad del autor fue reconocer la gesta del valioso emprendedor de la urbanización Manga, o se dio otro hecho importante, sobre el cual no hago especulaciones.
Ya como epilogo de la génesis del puente, debo escribir, que una de las fotografías valiosas del extraordinario sitio web y del archivo citado, lo muestra como un viaducto de tablas y con barandas de madera; otra lo presenta construido con concreto y sin barandas, a diferencia de las que hoy presenta hechas del mismo material fuerte, adornadas con balaustres (flor de granada).
3. PUENTE DIONISIO JIMÉNEZ LA UNIÓN DE DOS BARRIOS LINAJUDOS.
Es indudable que el Jiménez se construyó para facilitar la comunicación de los habitantes de Manga con el Pie de La Popa y sus cercanías, sector que comenzó a poblarse desde fines del siglo XIX y que a inicios del siglo pasado ya se consideraba uno de los nacientes barrios de la ciudad.
Ambos sectores se convirtieron desde sus inicios en comunidades habitadas por las élites de la ciudad, de tal forma que la construcción del elevado paso fortaleció las relaciones sociales de los moradores, convirtiéndose en dos de los escasos sectores “exclusivos” de Cartagena, habitados por personas linajudas, sin olvidar que tanto en Manga como en el Pie de La Popa existían sectores sociales deprimidos, con escasos supervivientes en nuestros días de febrero 2024.
4. CUANDO APARECEN LOS BUSECITOS DE MANGA POPA.
Desde antes del siglo XV, nuestros ancestros originarios adoptaron el sistema de trasladarse de un lugar a otro a pie, con ingentes esfuerzos en extensas caminatas; después en el siglo XVI con la conquista y colonización realizada a “sangre y fuego” por los españoles se implantó el sistema de transporte a lomo de caballos y mulas en su condición de animales de carga, estas últimas.
Consolidada la destrucción de las aldeas de los originarios Karibs, los invasores establecen el sistema de los coches, tirados por mulas, también, de cuya existencia da fe el sacerdote jesuita Joseph Cassani (1673-1750) de acuerdo con las afirmaciones de Harry C. Davidson en el ensayo Los coches en Colombia:
“La primera ciudad que tuvo coches en Colombia fue Cartagena, como lo explica en La historia de la Provincia en el Nuevo Reino de Granada, el padre Joseph Cassani, publicada en Madrid en 1741 donde afirma que en Cartagena en el año 1622 existían los coches tirados por mulas. Un siglo después Manga aparecía como uno de los sitios favoritos para dar un paseo en coche”. (cvcervantes.es), paseo reservado sólo para las élites
La tradición referenciada, tuvo su época dorada a fines del siglo XIX, cuando después de la aparición del velocípedo en 1891, en 1892 surge otra novedad como es el tranvía de mulas que consistía en un carro de primera y otro de segunda categoría que se desplazaba…tirado por mulas: prestaban servicio a los sectores de El Cabrero y Pie de La Popa y fue estrenado para las fiestas de la Candelaria. Al mismo tiempo se utilizaban los coches o calesas… (Raúl Porto: Cartagena de Indias. Historia de un Patrimonio P.P 100,101).
Sin embargo, la situación se transforma cuando a comienzos del siglo XX, en 1905, llega el primer automóvil a Cartagena; entonces en las décadas 1910,1920,y 1930, los automotores se masifican en la calles del centro histórico y barrios circunvecinos,(siempre bajo la propiedad de los miembros de las élites).La acogida al automóvil fue tan grande que Porto afirma: en 1927 existían ocho agencias donde se vendían vehículos marca Buick, Willis, Ford, Chevrolet,Brockway, Chandler, Chrysler y Studebaker(P.101).
Con el desarrollo económico y el crecimiento de la población se hizo necesaria la apertura de nuevas vías y rutas;ya desde 1916 el periódico La Unión Comercial denunciaba que “en la calle Real de Manga, en las tardes, un grupo de jóvenes se dedicaba a lanzarse sobre las chivas, y a tirarles piedras y palos”, de acuerdo con el testimonio de Julio Mastrascusa en la tesis: “La sociedad cartagenera entre 1900-1930 a través del automóvil”;
De igual forma, la manera más común de los jóvenes y niños de chicanear las chivas, hasta hace muy poco tiempo era coger el chance en la defensa trasera, hecho que ocasionaba diversos accidentes.
Es entonces, en medio de estas situaciones: los automotores revolucionando la vida de los cartageneros, los conductores violando las incipientes normas de tránsito, las autoridades impotentes para controlar los excesos de velocidad y otras infracciones a un rechazado código de tránsito, cuando aparecen los muy gratos recordados busecitos de madera de Manga con su encanto inolvidable: “todo, su escaso número de pasajeros se conocía entre sí, y cada uno de ellos y ellas sabía cuál era la parada de cada una de las personas, de sus vecinos”.
Todas ellos, en las horas “picos” se atraían como el imán al hierro en el turno, los cuales a través del tiempo se ubicaron en la avenida Escallón, después en la avenida Venezuela y finalmente en el muelle Los Pegasos, hasta cuando el sistema de circunvalación los barrió a todos.
La ruta inaugural fue Manga Popa, luego surgió Manga Bazurto, con algunos buses de mayor capacidad, luego Popa Manga y Manga Camino Arriba. En los tiempos del comienzo de las rutas, además de la identificación con los nombres de los barrios, fue obligatorio el uso de una bandera con un color distintivo: mientras a Manga le pertenecía el azul, al Pie de La Popa le correspondía el rojo, a Torices el amarillo y al Cabrero el verde, de acuerdo con la fuente precitada.
Más el tiempo y el desarrollo de la ciudad se llevó el encanto de los buses pequeños y las chivas, trayendo consigo los controvertidos tipos de transporte público que hoy sufrimos los cartageneros y los visitantes incautos.
Muchos llegan por el aeropuerto Rafael Núñez, otros por las vías terrestres; pero a diario son cientos, y muchas veces miles quienes después de abandonar los muelles de la Sociedad Portuaria, en modernos, gigantescos y climatizados buses pasan por el viejo puente Jiménez, conociendo, las pocas reliquias arquitectónicas que sobreviven en los barrios hermanados por el viaducto y sus gentes y ajenos al peligro que corren cuando el vehículo pasa por el puente, catalogado como en estado crítico.
Son también miles de cartageneros, quienes en un peregrinar diario de ida y regreso transitan, arriesgando su vida también al cruzar por las ruinosas estructuras del viaducto centenario, desde la avenida Heredia hasta las diferentes calles, avenidas y callejones de Manga donde se ubican sus sedes de trabajo, oferentes en su mayoría de un salario mínimo mensual a raíz de la ocupación desempeñada catalogada, no pocas veces como de oficios no calificados.
5.EL VIEJO PUENTE JIMÉNEZ DEBE SOMETERSE A CUIDADOS INTENSIVOS CON SUMA URGENCIA.
En nuestros días, al igual que todos los puentes de Manga y otros de la ciudad, el Jiménez necesita con suma urgencia cuidados intensivos por la administración distrital y de la localidad. El diagnóstico realizado por expertos ingenieros sobre el viejo viaducto que sobrepasa los 100 años no es nada optimista:
Este puente presenta un deterioro severo en todas las vigas de concreto, producto de la corrosión del hierro y la carbonatación del concreto. Este deterioro se evidencia en el hierro existente debajo del puente que en cualquier momento puede estallar debido al estado crítico de en qué se encuentra y ahora con el peso de más vehículos puede ser peor. (Ingeniero Jorge Rocha.(Entrevista en el periódico eluniversal.com. 25 de julio 2021.El puente Jiménez y sus problemas estructurales).
Por lo anterior es urgente y necesario que la nueva administración distrital asuma el trabajo que la incompetente administración anterior no asumió. ¡Todo ello antes que sea demasiado tarde!
PD. Fotografía reproducida de Facebook.com fotosdeantañodecartagenadeindias
Con los afectos de siempre,
quedo atento a los aportes complementarios
de mis lectores y lectoras.
UBALDO JOSÉ ELLES QUINTANA.
Patrimonialista. Ambientalista.