HIJO, ¿En verdad crees que la Iglesia de hoy vive tiempos difíciles?


Abstract

  • "Francisco, repara mi Iglesia" (Cristo de San Damian)

Muchos jóvenes hoy miran a la Iglesia con desconfianza. Escándalos, abusos y una aparente desconexión con la cultura contemporánea han sembrado dudas y desilusión. Sin embargo, la Semana Santa es una oportunidad para hacer una pausa y mirar más profundo: ¿es justo juzgar a toda la Iglesia por los errores de algunos? ¿Y si los momentos difíciles son, precisamente, los que preparan el terreno para una fe más auténtica? Este artículo invita a los jóvenes a comprender la Iglesia no como una estructura perfecta, sino como una familia herida pero viva, que florece gracias al Espíritu Santo y al testimonio de jóvenes santos como Carlo Acutis y Domingo Savio.

Palabras clave

Iglesia Católica, juventud, escándalos, santidad juvenil, Semana Santa, Espíritu Santo, Carlo Acutis, Domingo Savio.

Película recomendada:

Hermano Sol, Hermana Luna: https://www.dailymotion.com/video/x8h90jz

Introducción

Si alguna vez has pensado “la Iglesia ya no me representa” o “yo creo en Dios, pero no en la Iglesia”, no estás solo. Muchos jóvenes piensan así. Las redes sociales, las noticias y los errores reales de algunos líderes eclesiales han hecho que la fe de muchos tiemble. Pero te invito a detenerte un momento y preguntarte: ¿es justo rendirse tan fácilmente?

Esta Semana Santa, cuando recordamos la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, también es buen momento para mirar la historia de la Iglesia con otros ojos. No para negar los errores, sino para ver cómo, incluso en sus peores momentos, Dios no ha abandonado a su Iglesia. Como la semilla que cae en tierra y muere, pero luego da fruto (Jn 12,24), así la Iglesia ha florecido en tiempos difíciles gracias al amor de sus hijos... especialmente de jóvenes como tú.

1. Los momentos oscuros: el estiércol del pasado

La historia eclesial no ha sido ajena a la corrupción, el abuso de poder, el pecado y la incoherencia. Desde los primeros siglos, las herejías, las persecuciones internas, el concubinato eclesiástico y los juegos de poder político han marcado profundamente la vida institucional de la Iglesia.

El video Infamous Papal Reigns: The Worst Popes in History (2024) https://www.youtube.com/watch?v=8WGTxNNspl4 recoge con crudeza ejemplos lamentables como Juan XII (955–964), Benedicto IX (1032–1048), Esteban VI (896–897), Alejandro VI (1492–1503) y León X (1513–1521). El historiador Eamon Duffy afirma en su monumental obra Saints and Sinners: A History of the Popes que "la historia de los papas no puede contarse sin enfrentarse a la realidad de la ambición, la lujuria y la violencia que a menudo los ha rodeado" (Duffy, 2014, p. 97).

Y, sin embargo, en esos mismos siglos florecieron santos como Benito de Nursia, Francisco de Asís, Catalina de Siena o Ignacio de Loyola, quienes renovaron la Iglesia desde dentro, no desde la condena o la huida. El "estiércol" de los tiempos difíciles ha sido, paradójicamente, abono para la santidad. Como afirma el teólogo Hans Urs von Balthasar: "La Iglesia no es santa porque sus miembros no pequen, sino porque se le ha confiado la gracia de superar el pecado" (Von Balthasar, The Glory of the Lord, 1989, p. 145).

2. El agua del bautismo: la Iglesia sigue viva

La promesa de Cristo de que "las puertas del infierno no prevalecerán contra ella" (Mt 16,18) no ha sido un eslogan vacío, sino una realidad histórica visible. A pesar de las crisis más profundas, la Iglesia ha resistido no por mérito humano, sino por acción del Espíritu Santo. El teólogo Yves Congar explica que "la continuidad de la fe apostólica no depende del heroísmo personal de cada generación, sino de la fidelidad de Dios a su promesa" (La verdadera y la falsa reforma en la Iglesia, 1950).

El Concilio Vaticano II, en Lumen Gentium, nos recuerda que la Iglesia es a la vez santa y necesitada de purificación constante: “La Iglesia, abrazando en su seno a los pecadores, es a la vez santa y siempre necesitada de purificación” (LG, n. 8). En esta tensión reside su misterio: Ecclesia semper reformanda.

En tiempos recientes, a pesar de escándalos dolorosos, la Iglesia ha iniciado procesos de escucha sinodales, reformas de protocolos contra abusos y nuevas rutas para el diálogo cultural y ecuménico. Francisco, el papa actual, ha sido blanco de críticas, pero también ha impulsado una pastoral más cercana a las periferias, más samaritana, más evangélica. En palabras del teólogo Massimo Faggioli, “el pontificado de Francisco ha devuelto al catolicismo un rostro misericordioso en un mundo crispado” (Faggioli, The Liminal Papacy of Pope Francis, 2020).

3. Semana Santa: volver a elegir a Jesús y a su Iglesia

La Semana Santa es una invitación a volver a mirar a Jesús en la cruz y preguntarte: ¿quiero seguirlo o no? No se trata de fingir que todo está bien, sino de creer que el amor puede más que el odio, que el bien puede más que el pecado, y que el perdón es más fuerte que el escándalo.

Benedicto XVI escribió: "Creer no es aceptar una serie de ideas, sino confiar en una Persona que da sentido incluso al sufrimiento". Y esa Persona es Jesús. Él no fundó un club perfecto, sino una comunidad viva que necesita sanar todos los días.

Alejarse de la Iglesia en tiempos de crisis es como bajarse de una barca en medio de la tormenta. ¿No es más valiente quedarse y remar? Como dice san Pablo: “Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia” (Rom 5,20).

4. Jóvenes santos, esperanza del presente

La buena noticia es que no estás solo. Miles de jóvenes en todo el mundo siguen viviendo su fe con alegría, con lucha, con autenticidad. No es una moda pasajera, sino una opción de vida. Algunos de ellos incluso ya han sido reconocidos por la Iglesia como santos o beatos. Son jóvenes como tú, que en medio de las dificultades eligieron amar a Dios con todo el corazón y ser luz para los demás. Aquí te presentamos tres testimonios que pueden inspirarte.

Santo Domingo Savio (1842–1857)

Nació en Italia y fue alumno del gran san Juan Bosco, fundador de los Salesianos. Desde muy pequeño mostró un deseo profundo de vivir para Dios. A los 12 años fundó con sus amigos la "Compañía de la Inmaculada", un grupo juvenil dedicado a ayudar a los más necesitados en el oratorio. Su lema de vida era claro y radical: “Prefiero morir antes que pecar”. Aunque vivió solo 15 años, dejó una huella profunda por su alegría, obediencia y pureza de corazón. Fue canonizado en 1954 y es hoy el patrono de los monaguillos y de la juventud que lucha por la santidad en lo cotidiano.

Beata Chiara Luce Badano (1971–1990)

Nacida en Sassello, Italia, Chiara era una joven brillante, deportista y con muchos sueños. A los 9 años se unió al movimiento de los Focolares, donde profundizó su relación con Jesús. A los 17 años le fue diagnosticado un agresivo cáncer de huesos. En lugar de deprimirse, Chiara eligió ofrecer su sufrimiento por amor a Dios y a los demás. Rechazó la morfina para estar plenamente consciente y poder ofrecer cada dolor como un acto de amor. Sus palabras eran luminosas, como su rostro: “Adiós mamá, sé feliz, porque yo lo soy”. Fue beatificada en 2010 y su testimonio sigue tocando miles de corazones.

Beato Carlo Acutis (1991–2006)

Nació en Londres pero vivió casi toda su vida en Milán. Fue un apasionado de la informática y un genio autodidacta de la programación. Pero su verdadero amor era Jesús en la Eucaristía. Desde muy joven asistía a misa diaria y rezaba el rosario. A los 11 años creó una página web donde recopiló y explicó más de 130 milagros eucarísticos documentados en el mundo. Decía que “la Eucaristía es mi autopista al cielo” y afirmaba: “Todos nacen como originales, pero muchos mueren como fotocopias”. Murió de leucemia fulminante a los 15 años y fue beatificado en 2020. Su cuerpo incorrupto reposa en Asís, vestido con jeans y tenis, recordándonos que la santidad también se vive con hoodie y celular en mano.

Estos jóvenes no fueron perfectos, pero sí fueron valientes. Se enamoraron de Jesús, sirvieron a su prójimo y amaron a la Iglesia, incluso cuando no todo era ideal. Algunos sufrieron bullying, enfermedad, incomprensión. Pero no se rindieron. Son la prueba viviente de que la fe juvenil no es débil ni ingenua: es poderosa, profunda y transformadora.

Ellos demuestran que no necesitas ser adulto para ser santo, ni esperar a tener la vida resuelta para entregarte a Dios. Su ejemplo es un mensaje para ti, joven de hoy: si ellos pudieron, tú también puedes. La santidad no es una carga, sino una aventura extraordinaria que comienza con un "sí". ¿Estás listo para darlo?

Conclusión

Hijo, hija… sí, la Iglesia de hoy vive tiempos difíciles. Pero eso no es nada nuevo. Y nunca ha sido una razón válida para abandonarla. Al contrario: la historia nos muestra que, en los momentos más oscuros, Dios llama a jóvenes valientes para reconstruirla desde dentro.

Un día, San Francisco de Asís entró en la pequeña iglesia en ruinas de San Damián. Frente al Cristo crucificado, escuchó una voz que le decía: “Francisco, repara mi Iglesia. ¿No ves que se derrumba?” Él creyó que se trataba de reparar piedras y paredes, pero con el tiempo comprendió que el llamado era más profundo: reparar los corazones, reavivar la fe, renovar el espíritu de la comunidad cristiana.

Hoy, ese mismo llamado resuena para ti. No porque la Iglesia sea perfecta, sino porque necesita de jóvenes como tú para seguir viva, para seguir creciendo, para volver a florecer. En medio del estiércol del pecado humano, el agua del bautismo sigue irrigando raíces nuevas, haciendo brotar vida donde muchos solo ven ruinas.

Esta Semana Santa es más que una tradición: es una oportunidad para renovar tu amor por Jesús, pero también por su Iglesia. Como decía el beato Carlo Acutis: “Todos nacemos como originales, pero muchos mueren como fotocopias”. No te resignes a imitar lo que el mundo espera de ti. Sé la versión más auténtica de ti mismo: sé santo, sé libre, sé Iglesia viva.

Elige ser luz. Elige ser raíz. Elige ser como Francisco: alguien que, ante una Iglesia que parece derrumbarse, escucha la voz de Dios y se pone de pie para reconstruirla con amor.

Referencias bibliográficas

  • Duffy, E. (2014). Saints and Sinners: A History of the Popes. Yale University Press.
  • Faggioli, M. (2020). The Liminal Papacy of Pope Francis: Moving Toward Global Catholicity. Orbis Books.
  • Vaticano II. (1964). Lumen Gentium.
  • Benedicto XVI. (2005). Introducción al cristianismo. Sígueme.
  • Von Balthasar, H. U. (1989). The Glory of the Lord. Ignatius Press.
  • YouTube. (2024). Infamous Papal Reigns: The Worst Popes in History.
  • Acutis, C. (n.d.). Milagros Eucarísticos. www.carloacutis.com
  • Aid to the Church in Need. (2023). Religious Freedom Report.
  • Sarah, R. (2019). Se hace tarde y anochece. Palabra Ediciones.
  • Asociación Amigos de Chiara Luce Badano. (2020). Chiara Luce: la historia de una joven beata.


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